Racionar el suministro de agua potable, cada cinco días, es una medida por la que optó la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito (Epmaps), desde el pasado noviembre de 2022. La escasez de reservas en los tanques de la planta de tratamiento El Troje, en el sur de la urbe, es una de las principales causas por las que se tomó esta medida que hasta la fecha persiste.

La incomodidad y malestar de los habitantes de las siete parroquias del sur de la ciudad (La Ecuatoriana, La Argelia, Turubamba, Ferroviaria, Guajaló, Guamaní y Chillogallo) que reciben el suministro de agua desde esta planta es permanente, así como el desconocimiento de las causas de esta limitación.

Mercedes Jiménez vive en el barrio Cooperativa Nueva Loja. Cuando se le pregunta sobre los recortes del servicio hace una mueca y dice que de solo hablar del tema le da dolor de cabeza. Hasta la fecha no sabe las verdaderas causas. A sus oídos llegaron una y hasta dos versiones, pero jamás la real.

“Que porque están lavando los tanques decían. Luego, porque no llovía. Al final nos toca tener reservas de agua en pomas para menos pensado utilizar. Hay días que nos quitan el servicio desde la mañana hasta las 15:00, en otras ocasiones son semanas enteras, pero al final las cartillas en lugar de venir con menos valor se han inflado más y no es justo tampoco”, asegura la moradora.

Para Hilda Landeta, otra residente de la zona, todavía es difícil acoplarse a esta situación que, según las autoridades podría tardar en solventarse en unos tres años, por lo menos, una vez se construya la ampliación de la planta de tratamiento, conforme se anunció desde la administración municipal anterior.

“Sería bueno que nos digan cuándo van a cortar, a qué hora, para estar preparados. A mí me toca estar pendiente todo el tiempo para llenar las canecas. A veces hasta dejo tachos en la terraza para que el agua de la lluvia se acumule y eso utilizar para los baños o para lavar la ropa. Necesitamos que las autoridades nos ayuden”, solicitó.

Según información proporcionada por la Epmaps, la planta de El Troje fue construida en el 2000 con la finalidad de dotar del líquido vital a 100.000 personas, pero a la fecha el incremento poblacional se excedió hasta 300.000.

A esto se suma el desperdicio indiscriminado que realiza la gente de estas zonas ya sea a la hora de lavar los platos, cepillarse los dientes, bañarse e incluso por la presencia de una gran cantidad de lavadoras de vehículos.

El Troje genera 750 litros por segundo y cada habitante, por día, debería consumir únicamente 100 litros, pero llegan hasta los 180, incrementando para el déficit actual.

Polo Yánez, jefe del departamento de Distribución de la Epmaps, indicó que este racionamiento fue necesario para evitar que en lo posterior exista un corte drástico del líquido.

La suspensión será conforme a un cronograma donde constarán los días, horarios (08:00 a 16:00) y barrios involucrados.

También recordó que está en marcha el proyecto de ampliación de la planta. “Se están realizando los estudios que durarán 15 meses, luego serán dos años más para la contratación de quién hará la obra y un año más para la construcción. La población tiene también la obligación de hacer un consumo responsable. Hacemos un llamado para que no se desperdicie el agua”.

Como una medida para mitigar la situación, mientras se lleva a cabo la gran obra, Yánez reveló que construirán una “planta paquete, para tratar 50 litros por segundo más a los que ya se generan. Se construirá hasta el primer trimestre del 2024. Se destinarán 300.000 dólares para esto”, finalizó el funcionario.