Una ruta de conexión importante podría quedar obsoleta. Los moradores de cuatro sectores del occidente de Quito tienen un cruce que les permite caminar de forma directa y en poco tiempo hacia y desde zonas más pobladas a sus viviendas. Sin embargo, esta vía peatonal ahora estaría en riesgo de colapsar.

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Tras un recorrido realizado por este medio de comunicación se identificó que en algunos tramos hay fisuras y lugares que reflejan hundimientos, además de barandas que han empezado a destruirse. A estas observaciones se suma Christian Iván Quispe, coordinador de este sitio capitalino, en el que se asientan los barrios La Chorrera, El Mirador de Humboldt, El Pinar Alto y San Salvador.

El dirigente explica que el denominado Sendero del Colibrí fue construido hace aproximadamente ocho años y que la falta de mantenimiento lo estaría poniendo en riesgo.

Según dijo, una parte de este podría desprenderse y terminar en la quebrada que lo bordea. “Las gradas, el material con el que ha sido hecho, están en pésimas condiciones. Tenemos ya fisuras en las gradas y en los pasamanos. Y como se puede ver, en los cercos donde van las luces también hay fisuras. Por eso bastaría una lluvia fuerte para que este sendero se pueda ir para abajo. Es un grave peligro”, afirma el morador.

El llamado que hacen a las autoridades municipales recae en atención preventiva urgente, principalmente para evitar quedar incomunicados con el exterior.

Asimismo, Pablo Valdiviezo, otro residente, agrega que una situación que evidencia la gravedad del problema son las plantas que crecen entre algunos escalones de cemento, porque esto confirmaría que hay filtraciones de agua en la parte inferior de la edificación.

El hombre señala que incluso hay orificios por los que se pueden introducir palos o varillas y no pueden sentir el fondo. Eso hace que su temor aumente, porque asegura que bastaría una lluvia leve para que ingrese agua y empiece a desprenderse el sendero o que, de a poco, se cree un socavón sin que los vecinos puedan notarlo, hasta el día que colapse la estructura que lleva a sus inmuebles.

Valdiviezo menciona que, al menos en el tramo en el que habita, además no se han colocado pasamanos y eso perjudica a las personas de la tercera edad, quienes no tienen en qué apoyarse cuando suben por las escalinatas. Y reitera que si el camino colapsa, la situación será mucho peor.

Otro de los miedos que guardan los habitantes de estos cuatro barrios es que el deslizamiento de la estructura de cemento ponga en peligro a la gente que vive en los inmuebles que están ladera abajo.

Luis Taday, otro residente, también menciona que otra situación que afectaba el sitio era la falta de iluminación, porque los focos estaban dañados. No obstante, por la gestión de los vecinos se logró cambiar las luminarias y ahora la visibilidad en la noche y madrugada ha mejorado. Eso ayuda a quienes salen temprano y regresan tarde de sus trabajos. Pero las acciones se ejecutaron por autogestión ya que la espera de las autoridades era eterna, según versión de la gente.

La acumulación de basura es otro de los males que afecta a estos barrios. Por eso, Taday hace un llamado de atención para que se evite esa pésima costumbre, porque atraería a más personas a que hagan lo mismo y la insalubridad sería incontrolable. 

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