Sandra Cuyón, una emprendedora que hace ocho meses abrió su verdulería en la calle Río Pastaza, conoce al detalle la historia de esta arteria principal del barrio San Gabriel, en el Valle de Los Chillos. Lo que antes era una vía sin contratiempos se ha convertido en un campo minado de baches y grietas, un calvario diario para conductores y peatones que se extiende por dos años de abandono.

“Es un problema constante”, relata Cuyón mientras acomoda las frutas y verduras en su puesto. “Los carros avanzan a paso de tortuga para no dañar sus llantas, y los peatones se juegan el tobillo a cada paso”.

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El calvario de la calle Río Pastaza no es un caso aislado en el valle. En San Gabriel, la desidia se adueñó de las calles, que se han deteriorado considerablemente en los últimos meses.

Eulalia Espinosa, moradora del sector, describe la importancia de esta vía como eje comercial y conexión con la avenida Ilaló. Asegura que han realizado las denuncias pertinentes a las autoridades locales, pero hasta ahora no reciben respuesta.

A esta problemática se suma que varios conductores se estacionan al costado de la vía. La situación genera inconvenientes para los otros choferes que deben esquivar los baches y a los autos que vienen en sentido contrario.

Así lo afirma Jaime Bosmediano, taxista que surca las calles de San Gabriel desde hace años, él conoce el ‘viacrucis’ que se vive en la calle Río Pastaza. Un recorrido que va del semáforo de la avenida Ilaló hasta la calle Curaray, plagado de baches y grietas que parecen multiplicarse con las lluvias y el tráfico. “Es un problema constante”, relata con resignación. “Las cuadrillas bachean, pero es como poner un parche a una herida abierta. El mal estado de la calle es permanente”.

El calvario de Río Pastaza no termina allí. El mal estado vial se extiende a calles y pasajes, convirtiéndolas en zona peligrosa para los vehículos que circulan por la zona. Los taxistas son los más afectados, ya que sufren daños constantes en sus amortiguadores y carrocería.

Los moradores del sector señalan las fugas de agua como otro factor que contribuye al deterioro de las vías. Según la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable (Epmaps), se han realizado reparaciones y la inspección a la zona, pero los vecinos insisten en que el problema persiste. En un recorrido que realizó EXPRESO constató el panorama que aqueja a los moradores. Los conductores que no conocen la zona, y no circulan a una velocidad moderada, caen sobre los huecos.

Un plan ambicioso, una realidad lejana

El Municipio de Quito, consciente del problema, ha presentado un ambicioso plan de rehabilitación vial para el 2024. La propuesta contempla la renovación de 173 kilómetros de vías, casi el doble de lo ejecutado en 2023. Se ha establecido como prioridad, el mantenimiento y rehabilitación de las avenidas Simón Bolívar y Ruta Viva entre otros sectores de la ciudad. 

Sin embargo, para los residentes de San Gabriel, la esperanza se diluye al saber que sus calles no están contempladas en el plan de este año. “Es frustrante”, comenta un vecino, quien prefiere mantener el anonimato. “Pagamos impuestos como todos, pero parece que nuestro sector está olvidado”.

La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) argumenta que se realizan estudios para mejorar la vialidad en San Gabriel en el año 2025. Mientras tanto, los residentes de la zona se resignan a sortear los baches y las grietas, esperando que las promesas se traduzcan en una realidad.

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