Son las 07:00 en la calle principal de la Mena del Hierro, norte de Quito. En la acera, que divide los dos carriles de vehículos, una veintena de fundas de basura esperan el paso del carro recolector. Tres perros intentan abrirlas, mientras una rata se escabulle del barullo causado por los ladridos.

En ese sector este es el panorama habitual tres días a la semana, los lunes, miércoles y viernes, en los que se hace la recolección. Pero el resto de la semana las veredas, esquinas y parterres tampoco están libres de desperdicios.

Mireya Solines, residente del barrio, acepta que el problema sí tiene que ver con quienes sacan los residuos fuera del horario de recolección, pero también asegura que responde al poco cuidado que hay en ese proceso. Lea además: "Tres zonas ponen en riesgo a 5.000 habitantes de Guápulo"

“Siempre hay malos vecinos”, afirma. “Sin embargo, cuando pasa el camión, no recogen con cuidado. Suele quedar basura en el lugar, porque las fundas han sido abiertas por los recicladores o los perros”, dice.

Con ella concuerda Yon Pilataxi, quien vive en la calle principal. “Cuando recogen las fundas, queda el líquido putrefacto que estas botan, quedan papeles, quedan botellas, siempre hay desperdicios. Y para empeorar la situación, no hay tachos. El barrio siempre está sucio”, se queja.

Para ellos y para la asociación de vecinos del lugar, la solución no es que se incremente el horario de recolección (que se hace los tres días entre las 07:00 y las 15:00), sino que se implemente el sistema de contenedores que está vigente en otros barrios del norte.

“Queremos que se pongan contenedores, así estén espaciados por varias cuadras, porque eso permitiría que la gente no deje las fundas en las calles, sino que las deje en el sitio adecuado. Aquí siempre hay mal olor, ratas y otros bichos”, comenta molesto Pilataxi.

A pocas cuadras de la Mena del Hierro, se encuentra una serie de conjuntos y viviendas particulares, a pocos pasos del ingreso a la ciudadela El Condado. Ahí también sufren este problema.

“Los propietarios nos hemos organizado para adquirir tachos industriales que reemplazan, por el momento, a los contenedores”, manifiesta Elisa Morales, presidenta de la directiva del edificio Cádiz.

Ella sostiene, sin embargo, que esta solución no es la ideal, pues tras varios encontrones con vecinos de otros conjuntos, tuvieron que trasladar los contenedores al parqueadero del edificio.

“Las personas de otros edificios empezaron a querer depositar sus bolsas en nuestros tachos. Fue un problema. Además, hay mucho mal olor porque el camión recolector no pasa los fines de semana”, cuenta.

Morales también dice que los contenedores ayudarían a resolver el problema, pero asegura que pese a ingresar varias solicitudes desde 2020, no han recibido respuesta.

En ambos barrios, la recolección al pie de calle viene acompañada del servicio de barrido manual, que se lleva a cabo los mismo días de recolección, entre las 06:00 y las 14:00, y cuyo fin es recoger los desperdicios que el camión recolector no se lleva.

No obstante, los vecinos tampoco están satisfechos con este servicio. “Cuando llueve, no vienen, y como solo es durante la mañana, en las noches todo queda regado”, dice María Guamán, propietaria de una tienda en el sector.

EXPRESO consultó a la Empresa Pública Metropolitana de Aseo de Quito (Emaseo) respecto al tema. A través de su departamento de comunicación, la entidad señaló que no existe actualmente un plan de contenerización en este sector, ni un estudio técnico para ello.

Sobre las quejas ciudadanas, la entidad indicó lo siguiente: “Por lo general, los problemas de acumulación de residuos son parte de la corresponsabilidad ciudadana. Sacan sus bolsas fuera de los horarios, en las frecuencias que no les corresponden. Eso afecta notablemente nuestra labor. Solicitamos a la ciudadanía cumplir con los horarios establecidos y sacar sus residuos en bolsas bien cerradas”. 

La cifra. 

• 2.300 toneladas de basura se recogen a diario en el Distrito Metropolitano de Quito.

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