¿Sin seguridad jurídica?

El sacrificio de los patriotas del 2 de Agosto así lo exige. La dignidad del Ecuador también

Por respeto a la dignidad de la República no se realiza una afirmación categórica en el presente editorial y se pone su título entre interrogantes. Conviene así hacerlo porque resulta dolorosa la situación que vive la capital. Recientemente, el 2 de agosto debimos conmemorar con la suficiente dignidad y decoro que tan insigne fecha amerita, pero por el contrario la teñimos de ridículo. Queda claro que pese a que lo reiteren múltiples textos constitucionales, en Ecuador no existe respeto a la ley. No se vive un Estado de derecho.

Cuando por la magnitud de las diversas crisis que nos afligen es vital proyectar la más positiva imagen del Ecuador, con situaciones como la aquí reseñada generamos dudas e incertidumbres internas y externas. Si bien había presagios positivos producidos por una exitosa vacunación, logro imperativo para alcanzar la tan ansiada reactivación económica, el no resolver con diligencia la ridícula anomalía de Quito con dos alcaldes podría tener efectos muy dañinos. Por ello, por la vía de la mediación arzobispal o una decisión de la Corte Constitucional hay que superar las lamentables circunstancias que se atraviesan.

El sacrificio de los patriotas del 2 de Agosto así lo exige. La dignidad del Ecuador también.