¿Hay propósitos para el Año Nuevo?
La baja gradual (y condicionada) del ISD es insuficiente, y con un impacto de $200 millones al final del año para el fisco, no alentará el crecimiento económico, y, sin crecimiento continuará la estrechez fiscal
Los propósitos económicos se encuentran contra las reacciones políticas contrarias, y los gobernantes terminan tomando decisiones al revés de lo que debe ser.
Ya expresó el presidente que el tema de los combustibles tomará otro mes; es una solución política de un tema económico nunca resuelto. Hay que reestructurar el perfil de la deuda, pues el servicio de capital e intereses suma el 9 % del producto cuando, idealmente, debiera estar por debajo del 5 % del PIB; con las tasas de crecimiento proyectadas, esa meta es más lejana que el crecimiento en la producción petrolera. Reestructurar el servicio de la deuda es, además, una forma efectiva de reducir el tamaño del Estado. Crear 250.000 empleos no se lo puede lograr si subsiste la actual estructura y cobertura tributaria y suben los costos del factor trabajo. La baja gradual (y condicionada) del ISD es insuficiente, y, con un impacto de $ 200 millones al final del año para el fisco (que recogerá $1.000 millones por otro lado), no alentará el crecimiento económico, por lo que, sin crecimiento, continuará la estrechez fiscal.
Es, como dice la canción, el punto donde el “calicanto falsea”. Hay cómo hacerlo, pero no hay el propósito de enmienda.