Editorial | Inversión: señales contradictorias
Por un lado, se abre el catastro minero, pero por otro se impone una millonaria tasa de fiscalización
Los mercados internacionales observan con expectativa los movimientos de Ecuador, donde el riesgo país ha alcanzado su nivel más bajo en dos años, una señal alentadora que refleja cierta estabilidad macroeconómica. Sin embargo, estas reformas siguen sin aterrizar en el ámbito de la inversión; las empresas locales y extranjeras están a la espera de ver si las condiciones cambiarán dentro de un mercado, en el que a la hora de invertir, hasta hoy, solo ha habido señales contradictorias.
El caso de la minería podría abanderar este tema. Por un lado se abre el catastro minero para promover a este sector como un polo de atracción de inversiones, pero por otro se impone una millonaria tasa de fiscalización que genera desazón empresarial. Algo similar ocurre en otros ámbitos: se habla de urgencia de reactivación, pero decenas de proyectos permanecen en espera de licencias ambientales que tardan años en procesarse; se pide eficiencia, pero los trámites burocráticos continúan siendo laberínticos, con municipios que no agilizan procesos e instituciones públicas que operan de manera desarticulada.
Una economía golpeada por la inseguridad y que aún arrastra las secuelas de los apagones del año pasado necesita medidas urgentes y coherentes. Si el Gobierno aspira a dar un verdadero giro económico, la clave radica en llevar todo discurso a la práctica.