Editoriales

Editorial: Apagón económico

Si el nuevo gobierno de Daniel Noboa apunta a reactivar el empleo, los cortes de energía deberían ser uno de los principales males a atacar

Los cortes de electricidad que el Gobierno se ha visto obligado a decretar por condiciones de estiaje y por una cuestionable falta de prevención, han generado un efecto de ‘’déjà vu en los ecuatorianos y en la propia economía. Recordando épocas pasadas, el sector productivo ha empezado a calcular pérdidas, en un mercado que luce ralentizado y con debilidad en la oferta de empleo.

El anuncio del pasado 27 de octubre de volver a los racionamientos eléctricos, hizo que Ecuador recordara los efectos parecidos que ya tuvo que vivir en la década de los 90 o en el año 2009, lo cual implicó que miles de negocios tuvieran que reprogramar sus horarios de producción o que, simplemente, por falta del servicio, dejaran de tener ventas. El mismo sacrificio se repite, pues según estimaciones, por cada hora sin energía, solo el sector comercial deja de facturar $ 18 millones. Si el nuevo gobierno apunta a reactivar el empleo, este debe ser uno de los principales males a atacar, pues cortes prolongados más allá de lo previsto podrían desequilibrar a muchos negocios, dificultando la posibilidad de crear plazas de trabajo. Con los altos niveles de inseguridad que provocan estragos y los nulos incentivos para invertir, ni los hogares ni el sector empresarial están en condiciones de asumir las consecuencias.