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Reacción insuficiente

Avatar del Rubén Montoya

No puede acabarse una denuncia tan grave con el corte de cabezas de chupamedias, ni con echar la autopsia del muerto apestoso a una Fiscalía morosa...

“No es aceptable que un funcionario utilice su cargo para su beneficio”. Hace dos años, un político que llevaba más de una década, según él preparándose para ser presidente de la República, exigía la renuncia de un ministro que usó su rango para inmunizar a familiares cuando las vacunas eran oro en ampollas. Razón tenía.

La denuncia periodística del portal La Posta que sacude al país en estos días es de tal alcance que, si entrega todos los datos que la confirmen, quien debería pensar en renunciar no es un ministro.

La Posta no solo indaga: acusa, terreno que no es de la investigación periodística, pero que no invalida los hechos o los indicios. El alegato sostiene que Danilo Carrera, cuñado del jefe de Estado, es la cabeza de una organización que maneja en su provecho el consorcio de empresas públicas. Lo llama “El gran padrino”, en clara alusión al mítico personaje de Vito Corleone en la saga hollywoodense sobre mafiosos. La trama incluiría nombrar peleles en las empresas, cobrar comisiones contractuales, subastar cargos claves, fijar ‘sueldos’ altísimos, beneficiar a intermediarios de negocios millonarios como el petrolero…

A modo de respuesta, Carrera demandó a La Posta y Guillermo Lasso pidió la renuncia de los “firma aquí” que dirigen empresas públicas. ¿Por qué dispone el despido en masa? La respuesta a esa pregunta es la misma que contesta por qué varios de los señalados huyeron del país gracias a la reacción de tortuga del Gobierno… Hay tela que cortar, y el presidente (¿recién ahora?) lo sabe. El periodismo también.

No. No puede acabarse una denuncia tan grave con el corte de cabezas de chupamedias, ni con echar la autopsia del muerto apestoso a una Fiscalía que, ya sabemos, es morosa y solo atiende pedidos a la carta (¿cómo va el Caso INA Papers, señora fiscal?). Ni con sostener la cantinflada de que “esto es una maniobra de quienes tienen miedo a la extradición”. Quienes le temen (que los hay, y son muchos) no dirigen medios ni son responsables de que en las narices del político aprendiz, que sigue sin ser presidente, es posible que se haya colado una red de rateros con corbata.