¡Se la fumaron!

Cuando la brillantez escasea es más fácil pasar el sombrero que ajustarse la correa; siguendo el legado del fantasma, continúa el despilfarro y la corrupción.

Aunque con unos años de demora y cuando aún queda mucho por perder, finalmente los dos partidos de centroderecha se vieron cara a cara y acordaron acordar, fumaron la pipa de la paz en pos del país; si se hubieran puesto en pos del país cuatro años atrás, otra sería la historia y es mucho lo que se podría elucubrar en este sentido: ¿la economía estaría mejor?, ¿la pandemia habría golpeado menos?, ¿la justicia habría podido actuar como lo hizo?, ¿el Arroz Verde sería solo una receta y no un escándalo?, ¿el Mashi estaría en la papeleta y no en el ático?, ¿la lista de condenados sería la lista de candidatos? No lo sabremos. Nunca es tarde para acordar, sobre todo si es en pos del país, pero al haberlo hecho de forma tan tardía impresiona que este encuentro, este tan esperado cara a cara, haya sido el resultado del miedo, ese miedo que causa el fantasma que ronda en el ático, evidenciando la posibilidad cierta de un retorno al correísmo, al despilfarro, a la corrupción, al caretuquismo. Aunque la posibilidad de retorno real del principal caretuco se ve cada vez más lejana gracias a que, como no es muy común, la justicia sigue su curso, el fantasma se encuentra presente en el imaginario del electorado, ahora con cara de imberbe recién parido que no logra ni disimular su hambre de más arroz verde, con el ingrediente adicional de pretender confiscar lo privado. Evidenciamos así el rasgo más adaptativo y útil del miedo, una de las emociones más primitivas del ser humano y clave en su supervivencia, el cual biológicamente nos prepara para actuar, mediante el ataque o la huida, o en este caso, el cuasiconcordato. En este escenario de fumarolas, pareciera que el gobierno también se la viene fumando, pues no termina de entender que imponer impuestos -anticipo de impuestos- en estas circunstancias es como pedirle una “donación” de sangre a quien se está desangrando. Pide esta donación para chupársela, y como es un anticipo, se está chupando lo que le corresponde chupar el próximo año. Cuando la brillantez escasea es más fácil pasar el sombrero que ajustarse la correa; siguendo el legado del fantasma, continúa el despilfarro y la corrupción.