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Qué le preocupa al mundo

Avatar del Paúl Palacios

Si a lo anterior le sumamos la baja capacidad de maniobra política de los gobiernos debido al descontento más o menos generalizado...

El investigador Teodros Gebrekal, integrante de la prestigiosa empresa Ipsos, en una publicación realizada hace pocos días revela un estudio realizado en 27 países del mundo. En la muestra se encuentran países tan cercanos como Colombia y Perú, tan lejanos como Malasia, tan poblados como India, tan desarrollados como Alemania, o tan vinculados a nosotros como EE. UU. El estudio evidencia que la preocupación más grande (en promedio) es la inflación para el 34 % de las personas, en especial el incremento del precio de los alimentos. De manera sorprendente, porque a veces pensamos que nuestros problemas no los comparte nadie más, la segunda preocupación (para el 31 % de las personas) tiene que ver con la pobreza y la desigualdad. Luego de este tema viene el desempleo, con el 27 %; la corrupción con el 24 %; y pareciendo un tema del pasado, ya lejano, el COVID ocupa apenas el octavo lugar en la lista de temas que le preocupan a la población mundial (de la muestra tomada). Algo, sin embargo, que realmente es sorprendente, es que dos de cada tres personas en promedio, indican que la dirección en la que va su país no es adecuada; y encabezan la lista (lo cual no me extraña) Perú y Argentina con el 91 % y 86 % respectivamente. ¿Qué nos revelan todas estas cifras? En mi lectura, el fenómeno inflacionario mundial es consecuencia de la monetización de las economías para sostener al mundo funcionando durante la pandemia, pero el costo lo estamos viendo con el desencanto general; sin embargo, bajar la inflación requiere medidas que pueden generar problemas de empleo, pero además una reducción de la oferta por el costo de los factores (tasas de interés), que es precisamente la segunda preocupación. Frente a este escenario donde nadie quiere atreverse a ‘enfriar’ las economías, creo que un escenario de estanflación no es difícil de predecir. Si a lo anterior le sumamos la baja capacidad de maniobra política de los gobiernos debido al descontento más o menos generalizado, pudiéramos tener escenarios de transiciones de poder con menor armonía social. Veamos qué nos ideamos esta vez como humanidad.