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Llegar sanos a las elecciones

Avatar del Francisco Huerta

"Del comportamiento de los ciudadanos depende que las elecciones se realicen en la fecha prevista"

El cumplimiento del calendario electoral depende de múltiples factores. Creo que no debe tenerse titubeos si por razones vinculadas a la pandemia del coronavirus hay que reajustar los horarios de la votación, alargándolos o sectorizándolos. La salud del pueblo es la suprema ley.

Por lo demás, entre los factores requeridos para tener una jornada exitosa, el primero es contar con la voluntad de los electores. Creo que hay demasiado desencanto con el quehacer político para esperar mucho entusiasmo por salir a sufragar. Y eso que el voto en el Ecuador sigue siendo obligatorio. Ojalá los días que vienen hasta el 7 de febrero reanimen la voluntad cívica de los ciudadanos. Ahora la gente está preocupada por sobrevivir. Hasta hoy el 2021 le resulta igual o peor que el 2020: resurge la COVID-19, se dan los increíbles sucesos de los Estados Unidos, continúan el desempleo y la inseguridad.

Por otra parte, la campaña no puede ser todo lo activa que es deseable. La pandemia es un freno que tiene que reducirla, esperemos que, únicamente a campaña virtual. Debe quedar claro que estamos en riesgo de sufrir un rebrote que, de nuevo, será difícil de atender: a la fecha ya están copados los hospitales, especialmente las camas de cuidado intensivo. La reciente mutación del virus detectada en Inglaterra ha incrementado su contagiosidad. Poca gente quiere arriesgarse a contraer la infección y está muy bien. Otra tiene que salir a trabajar y lo hace con las medidas de seguridad aconsejadas. Sin embargo, en lo hasta ahora visto de las campañas electorales, los asistentes a las concentraciones no guardan el debido distanciamiento físico, no usan mascarillas o lo hacen indebidamente y entonces, un nuevo brote de COVID-19 va a coincidir con el día de las elecciones y... el ausentismo puede ser el triunfador, lo cual dejaría a cualquiera que resulte con mayor número de votos, sumamente debilitado por lo exiguo del respaldo recibido, en circunstancias que es trascendente contar con apoyo sólido.

Así, o nos cuidamos y llegamos sin rebrote a elecciones o llegamos enfermos y hay que postergarlas.