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El año de la incertidumbre

Avatar del Florencio Compte

"Probablemente, también, en una breve frase podemos sintetizar lo que sentimos los comunes de los mortales: “estamos hartos”

Si hay una palabra que pueda sintetizar al año que termina esta es: incertidumbre. Y probablemente esa misma palabra seguirá marcando el año que mañana se inicia. Ni los científicos, ni los médicos, ni los epidemiólogos, ni los sociólogos, peor aún los políticos tienen respuestas claras para lo que pudiera venir. Para muestra, un ejemplo, ni uno solo de los candidatos a regir los destinos de nuestro país ha elaborado una sola propuesta sobre el tema.

Probablemente, también, en una breve frase podemos sintetizar lo que sentimos los comunes de los mortales: “estamos hartos”. Por lo que se ve hasta el momento, el año 2021 será tan difícil y complejo como el año que termina. El poder volver a la calle sin mascarilla, el retornar a lo cotidiano, a los encuentros familiares y de amigos aún es lejano. Al menos en nuestro país, donde el plan de vacunación no es nada claro.

Lo que sí es claro es que hemos sobreexplotado al planeta con modelos que ya no resultan viables y que cada vez somos más vulnerables a las pandemias que, inevitablemente, seguirán apareciendo.

Dentro de todo lo negativo ha habido cosas que pueden ser relievadas como positivas. Por primera vez, en mucho tiempo, por ejemplo, la Navidad ha vuelto a ser una celebración familiar. Ante su ausencia, hemos aprendido a valorar y a extrañar lo que antes resultaba cotidiano: las reuniones familiares, los viajes, los encuentros con los amigos, las clases presenciales, el ir a jugar a un parque, las visitas a los enfermos, etc., etc., etc.

¿Qué nos depara, entonces, el 2021? No hay que ser clarividente para dar la respuesta: más incertidumbre para nuestras vidas diarias, para nuestras actividades laborales, para nuestras relaciones personales y para el futuro del país. Una jornada electoral intrascendente, sin esperanzas, con un altísimo ausentismo. Y un plan de vacunación sobre el cual hay serias dudas de cómo va a ser ejecutado. ¿Pesimista? Probable y lamentablemente, realista. Aunque, como siempre se dice, la esperanza es lo último que muere. Feliz Año Nuevo.