Nuevo existencialismo

El hombre común no ha leído a Kierkegaard, Heidegger, Jasper o Sartre, padres del existencialismo contemporáneo

Desde que el mundo del siglo XXI sufrió por tres largos y penosos años el covid, las sociedades han adquirido, conscientes o no, una nueva forma de pensar, por haber convivido mucho tiempo con soledad, finitud, vivencias negativas y condición pesimista. Ahora busca salud, felicidad, posibilidades, un sentido más profundo de la vida y la libertad. El haber pasado enclaustrado muchos años, ha hecho al hombre más quieto y reflexivo frente a las circunstancias negativas, ignorando los problemas sociales de la comunidad, basando su pensamiento más en lo subjetivo de la vida, nuestra temporalidad, la muerte, la reflexión crítica de la vida y nuestro tiempo, la responsabilidad individual y al análisis propio de la existencia auténtica y su nueva condición humana de sobreviviente.

Ahora, al hombre le preocupa más su existencia y su libertad, defiende el valor de la persona humana frente a bienes terrenales y su consumo, da más importancia al significado de la vida y la libertad. Se ha creado una nueva ética social de responsabilidad individual de los actos relacionados con la salud, es más consciente del tiempo que falta vivir y que valga la pena vivirlo más placentera y apropiadamente feliz

El hombre común no ha leído a Kierkegaard, Heidegger, Jasper o Sartre, padres del existencialismo contemporáneo, pero tiene a propósito de la revolución del pensamiento motivada por el Covid, una mentalidad de práctica individualista y existencialista que le dio el temor a la muerte, lo que desarrolló también la fe religiosa, el amor a la salud, la seguridad, las novedades, la solidaridad humana y vivir degustando la vida.

Franklin Salazar S.