Cartas de lectores
El mercado de valores y el Isspol
Y que no les quedó más alternativa que viajar al exterior para conseguir el dinero. Dice el vulgo: “Qué dedo me chupo”.
Tomando en consideración que toda inversión es un riesgo, debería prohibirse y/o limitarse que las instituciones públicas del Estado que manejan cuantiosas sumas de dinero operen en bolsa de valores sin que exista la respectiva caución de parte de sus administradores.
El mercado de valores del puerto, que empezó tan bien, ha sido herido de muerte con las últimas operaciones registradas. Se expresa que están en peligro $ 532 millones de la Policía Nacional, y se sospecha que es una estafa de orden “piramidal”, donde una factura (chimbo) ha sido sustituida por otra de mayor valor y así sucesivamente. En EE. UU. la “piramidación” de Madoff alcanzó la escalofriante cifra de $ 70 mil millones, de los que apenas se recuperó un poco más del 10 %.
Culpables hay de todo orden: 1) Las numerosas organizaciones de control, que no analizaron los estados financieros de las empresas (inactivas) que negociaron dichos papeles fiduciarios.; 2) Los administradores de las instituciones públicas que entregaron el dinero; y, 3) Los corredores y/o agentes de la bolsa, que vendieron esos papeles de “dudosa procedencia”, corredores que en algunos países desarrollados responden con su patrimonio.
Se expresa que los representantes de las empresas inactivas que vendieron las facturas quisieron honrar las obligaciones, pero que ningún banco quiso operar ¿por la pandemia…? Y que no les quedó más alternativa que viajar al exterior para conseguir el dinero. Dice el vulgo: “Qué dedo me chupo”.
Hasta tanto no queda más que al ser un delito punible y pesquisable de oficio (estafa), donde están en juego un montón de prestaciones de los policías, que la Fiscalía inicie la acción publica tendiente a determinar los autores, cómplices o encubridores de la presunta infracción cometida.
Jorge Sánchez Vega