Si la Ley del Deporte no sirve, ¿por qué el Estado no repara los escenarios

Sus canchas de ‘sóftbol, béisbol, básquet y fútbol, donde los niños, padres de familia y aficionados llenaban el escenario los domingos, se cansaron de rogarle al ministro de Deporte que los ayude

Si vivieran Ricardo Chacón y Reinaldo Ramírez morirían de coraje al ver que la obra por la que lucharon tanto ahora es un desastre, y que los culpables siguen siendo los mismos de siempre. Fedeguayas aún no dice si el Yeyo Úraga volverá a anegarse para invierno y si el dinero de la autogestión no alcanza para los daños. Si no existe una verdadera ley que proteja al deporte, los escenarios deberían ser reparados por el Estado. Esperemos que el remedio federativo no resulte peor que la enfermedad. Hay noticias de que los clubes que contrataban panameños para torneos provinciales ya no existen, por lo que ahora les será difícil organizar eventos como se hacía hace 20 años. Esta disciplina, como otras que se practicaban en Guayaquil, va desapareciendo. Ojalá que los cinco meses que dieron los técnicos para solucionar los daños esté dentro de lo normal, sobre todo para que la resiembra del césped satisfaga a propios y extraños. Es una verdadera lástima lo que ocurre con la infraestructura deportiva de la ciudad más grande y poblada del país. En la Liga del Sur existe el mismo problema. Sus canchas de ‘sóftbol, béisbol, básquet y fútbol, donde los niños, padres de familia y aficionados llenaban el escenario los domingos, se cansaron de rogarle al ministro de Deporte que los ayude.

José Emilio Ruiz Ortiz