¿Qué le sucede a la gente en este país?

Podemos tener caudillismos que conservan las formas democráticas y siguen siendo caudillistas

Qué extraña época la que estamos pasando; los historiadores del futuro no podrán descifrar esta época. La derecha no era la derecha, la izquierda no estaba en la izquierda y por último el centro no estaba en medio.

Podemos tener caudillismos que conservan las formas democráticas y siguen siendo caudillistas. El gobierno democrático debe ser muy eficiente y su gobernante, mientras más invisible, mejor. Sin embargo, los pueblos quieren ver, escuchar, tocar a su gobernante y ahí es donde se marean estos.

La historia del futuro dirá que no eran los gobernantes elegidos o usurpadores los que gobernaban; sino la tecnocracia, esta maquinaria enquistada en el corazón de la administración pública que hace y deshace en todos los ámbitos, más aún, con menosprecio, ratería y salvajada.

En épocas pasadas, los asesores terminaban sus informes con las consabidas palabritas: “salvo lo que usted mejor disponga”. Hoy, la tecnocracia resuelve los temas que los directorios o entes públicos tienen que suscribir, sin ninguna consecuencia administrativa, civil o penal. De esta plaga no se salva ni siquiera la justicia, todo tiene que pasar por las comisiones técnicas.

El descaro con que se maneja la cosa pública es humillante, no consideran la posición del cargo, menos de su nombre. El Ecuador corre el grave riesgo de desintegrarse como país, por obra del singularismo étnico y las exigencias de las minorías radicales, sexuales, culturales que no quieren la asimilación, quieren una vida propia, independiente, en permanente antagonismo contra los demás.

No se tiene la herramienta válida de antaño, como es la educación con respeto a sus mayores, a sus educadores, a las autoridades. Este factor integrador, que es la educación para una sociedad, no solo en las aulas sino también en los hogares, ya no existe. Tenemos padres cobardes, profesores cobardes, autoridades cobardes.

Ab. Franklin Lituma Manzo