Hospital del Seguro en Quevedo

Resulta inadmisible que el servicio a los afiliados desmejore. Antes era muy fácil constatar fechas, horas y especialidad médica agendada con anticipación con solo ingresar a la página del IESS. Una llamada o mensaje de texto en el celular recordaba y de paso conminaba a estar presente a la hora y en el tiempo necesario. Hoy eso no existe; uno de sus íconos señala: Agendamiento de citas; nunca se lo logra. Se debe acudir al hospital, a Información, y luego de hacer largas colas por varias horas, al acercarse a la ventanilla, el señor o señorita mientras está contestando una llamada en la que se le escucha: “¡Ya está para mañana a las...”!, lo que da a entender que para lograrlo existe algún privilegio. Sin sacar el teléfono de sus orejas hace una seña de pregunta, corre los dedos en el teclado al tiempo que ve la pantalla de la computadora;, y tapando el audio del celular, responde: “Por el momento no existen disponibles turnos de agendamiento. Vuelva mañana”. Usted vuelve, repite todo el proceso y en similar tiempo se acerca a la ventanilla, y el señor o señorita, otra vez mientras contesta una llamada, repite la trillada frase anterior. Con impotencia y rabia busca la puerta para salir de Hospital del Seguro en Quevedo. Es el viacrucis de jubilados y otros usuarios, muchos o casi todos con enfermedades crónicas. Si por suerte o valiéndose de los médicos logró una atención médica urgente, tras la consulta el galeno dice que no existe la medicina requerida y para sobrevivir debe comprarla afuera.

Mario Ochoa