Gastos poco necesarios

En la batalla del Pichincha del 24 de Mayo de 1822 por la Independencia el ejército rebelde conformado por una división de la Gran Colombia, un batallón de guayaquileños y otra división peruana enfrentó al ejército realista. La derrota española liberó a Quito y aseguró la forzada anexión a la Gran Colombia. Un fragmento de la Junta Superior de Gobierno en el Patriota de Guayaquil, del 15 de junio de 1822, indicaba: “Conciudadanos… Las fuerzas unidas del Perú, Colombia y Guayaquil han roto al fin las pesadas cadenas que arrastraban nuestros hermanos en la segunda capital de los incas; y aunque los tiranos las habían afianzado en los enormes montes y profundas quebradas de aquel país, ellas han sido deshechas por la presencia de los hijos de la Libertad… Conciudadanos y amigos... en vuestra sola felicidad está el premio de las fatigas que hemos sufrido por la patria... Bajo los auspicios de la libertad y con la protección de los grandes Estados que nos rodean, se abre una carrera inmensa a la prosperidad de este hermoso y rico pueblo, que será llamado por todas las naciones de la tierra La Estrella de Occidente. Guayaquil, junio 9 de 1822. Olmedo-Ximena-Roca…”. La celebración de este triunfo debe ser cívico patriótico, agradeciendo a quienes pusieron hombres, vidas, dinero y armas, no con derroche de dinero del pueblo.

Ricardo López González