La fábula del michu, la rata y el cuy

La enseñanza de esta fábula es la ambición por el poder y cómo esta puede cegar a los seres humanos con tal de obtenerla

Érase una vez en un pequeño país con variedad de recursos, que era codiciada por el michu, la rata y el cuy, todos muy calculadores y astutos. El michu, un frustado orador y rimador, que rehuyó cuando se lo necesitó al clamor del país tricolor. La rata, ¡ay caramba!, gobernó al tricolor por muchos años, y a sus finanzas y juventud causó un inmenso daño. El cuy, un aparecido que tuvo su minuto de fama en una revuelta popular, ahora en su ilusa cabeza, piensa que va a barrer en una elección popular. Este trío, cegado por la ambición y sin valor, ahora quería bajarse al Sr. Queso para tomar las riendas del país tricolor. El Sr. Queso en la cuerda floja, aún rodeado de secuaces de la rata en su gabinete, no sabía qué hacer ante la ambición de este trío. Ahora, ya sin apoyo popular, no le queda otra que gobernar bien para enamorar a su país y pararse tieso, o el michu, la rata y el cuy irán por su cabeza. Como ciudadano solo quiero que dé un giro de 90 grados, empiece a gobernar bien para los más pobres, cumpla su mandato y salga ileso. La enseñanza de esta fábula es la ambición por el poder y cómo esta puede cegar a los seres humanos con tal de obtenerla. El tricolor solo quiere trabajo, educación, salud y seguridad, cosas tan sencillas de hacer en un país tan rico, si se toman mejores decisiones señor presidente, y se rodea de gente con amor a la patria y con ganas de trabajar por este tricolor.

Lenin Bastidas M.