Ciertamente, escandaliza la propagación de la pobreza en la sociedad entera, activando unas desigualdades sin precedentes en el mundo. Ante este triste escenario, no se puede permanecer quietos, ni aletargados. Activemos el sueño de vivir, donándonos. Es importante dar el salto, nadar aunque sea a contracorriente, siempre que sea hacia una brújula que nos hermane, mas no renunciando jamás a esa formación integral, incluida la dimensión espiritual, al menos para poder continuar pilotando. Sin duda, educación e inclusión han de ir de la mano; pues, independientemente del contexto social o situación familiar, lo trascendente es buscar las mejores posibilidades para todos.

Víctor Corcoba