Cartas de lectores: El salario en el Ecuador ya no alcanza para nada

La situación del IESS es más que crítica, con un ‘agujero’ financiero que crece sin parar

Las autoridades lo saben aun cuando reiteran, dentro y fuera del país, que “la economía va bien” e insisten, al mismo tiempo, en hablar de graves problemas que enfrenta la mayoría de ecuatorianos, razón por la cual deben continuar con diferentes programas y reformas. La economía nacional no ha recuperado los valores y dinamismo previos a la pandemia de COVID-19, por mucho que maquillen las cifras oficiales. Tenemos un gasto público desorbitado y sufragado, en gran parte, con deuda pública que se tendrá que pagar algún día. Lo más triste de esta realidad es que aún dopada, la economía nacional no ha sido capaz de evitar el empobrecimiento de los ecuatorianos. Hay un desempleo real, y lo que es más preocupante, una economía informal en crecimiento que supone un número mayor de ciudadanos incapaces de aportar a un supuesto crecimiento económico y social a base de políticas económicas que nuestros gobernantes han insistidos en aplicar a costa de disparar el gasto y la deuda pública sin que, al final, haya llegado al bolsillo de los ecuatorianos. Si la realidad económica no estuviera lo suficientemente complicada, considerar la realidad que se enfrenta con la situación financiera del IESS agrava el escenario macroeconómico. La situación del IESS es más que crítica, con un ‘agujero’ financiero que crece sin parar, y que este Gobierno no ha intentado tan siquiera contener.

Ante este clima de incertidumbre económica que vivimos, en el que se espera que el Gobierno implemente planes y programas que busquen controlar, e incluso reducir el peso del gasto y la deuda pública, considerando además que la inflación real no ha dejado de crecer, provocando un incremento sostenido de los precios y mermando con ello la capacidad de compra de los consumidores que, como contribuyentes, terminarán pagando. Por ello es evidente que los ciudadanos tienen un poder adquisitivo que ha visto mermada su capacidad de compra frente a un incremento del costo de vida.

Finalmente, todo este desaguisado económico ha ocurrido porque, sin duda, se dopó la economía a punta de endeudamiento para cubrir, mayormente, agendas políticas, un gasto corriente desmesurado, caros subsidios sociales sin objetivos concretos, y sin preocuparse por invertir a largo plazo en las capacidades productivas del sector privado, ¡todo lo anterior por una visión simplista, politiquera e irresponsable!

Mario Vargas Ochoa