Cartas lectores | ¿Provocación o tolerancia?
¿Es posible convivir en el siglo XXI sin ofender a quienes no comparten ciertos idearios?
Los temas de conversación tribal pasaron de la Copa América a los Juegos Olímpicos (JO), y específicamente a la inauguración y a la representación burlesca de la Última Cena. ¿La intensión era celebrar la diversidad y la inclusión por parte de un pequeño conglomerado liberal? Lo cierto es que el comité organizador tuvo que pedir disculpas, aunque un poco a regañadientes. Pero veamos qué tan tolerantes han sido ellos. João Chianca, deportista profesional brasileño que está compitiendo en la categoría de surf representando a su país en los JO, fue obligado a retirar la imagen de Cristo Redentor de su tabla de surf porque las autoridades olímpicas francesas, en línea con las estrictas leyes de secularización del país, prohibieron los símbolos religiosos en la competición.
Tolerar y provocar son por antonomasia verbos que se contraponen entre sí. No puedes respetar a alguien si tus acciones son explícitamente hirientes y sugerentes para una audiencia muy particular, los cristianos, que no son pocos. ¿Qué hubiera pasado si en lugar de la Última Cena hubieran utilizado una representación de Buda o de Mahoma? Seguramente el cuento sería distinto. Los colectivos de avanzada saben perfectamente a quién pueden molestar y a quién no. Pese a que los cristianos representan algo más de 2.4 mil millones, son los musulmanes los que realizarían una caza extrema si osan utilizar la sagrada imagen del profeta. ¿Es posible convivir en el siglo XXI sin ofender a quienes no comparten ciertos idearios?
María de Parducci