“La cultura es un bien elemental”, reflexiona Juana Ordóñez, editora general de la revista Mundo Diners. Este mes, la publicación lanzó su edición número 500, y se convirtió así en la publicación cultural más antigua del país y la segunda más antigua en América Latina.

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Abrió sus puertas hace cuarenta y cuatro años y centró sus esfuerzos en el quehacer cultural, primero de la capital y luego del país.

“Con el paso del tiempo, la visión sobre la cultura se fue ampliando, para entenderla como algo global que abarca lo que somos, lo que sentimos, lo que comemos y lo que pensamos. Hicimos un esfuerzo importante por entender el país y su cosmovisión”, señala la editora.

La publicación ha mantenido tres aristas principales: los perfiles de personajes de gran trayectoria y relevancia, las crónicas y reportajes de viajes, y los temas sobre arte, literatura, teatro y más.

Para elaborar la edición 500, el trabajo empezó hace casi un año y contó con un dedicado trabajo de archivo.

• Reencontrarse con el pasado, dice Ordóñez, fue un proceso emotivo.

“Ha sido muy interesante, porque en esa búsqueda nos hemos dado cuenta que realmente está plasmada nuestra historia. Por ejemplo, hablamos de la historia del cine ecuatoriano y releímos la primera entrevista con Sebastián Cordero, con Andrés Crespo, de cuando estaban jovencitos. Tenemos la historia de las artes escénicas, donde se habla de obras recién estrenadas, obras que marcaron un antes y un después en el país. Es muy emocionante y también muy gratificante”, dice.

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La publicación cuenta con catorce secciones, en las que algunos de los escritores y periodistas más destacados del país hacen un recuento del acervo de la revista, y ofrecen un paseo por las artes plásticas, la política, el deporte y más.

Sobre la mesa de su oficina, Juana Ordóñez exhibe los distintos ejemplares, entre ellos las ediciones número 100, 200, 300 y 400. Posa su mano sobre ellos y sonríe.

En los cuarenta y cuatro años de vigencia, esta cambió de tamaño y se mensualizó. Actualmente, se ha adaptado a lo digital. No obstante, señala la editora, el ‘ADN’ de la revista se ha mantenido igual.

“El reto es mantener la calidad y el valor que siempre hemos tenido, ofreciendo una mirada más profunda a los temas que nos rodean”, comenta.

La edición 500 cuenta, además, con una serie de impresiones de antiguos colaboradores que reflexionan sobre su paso por la publicación y lo que esta ha significado en sus vidas.

“He escuchado críticas de que es una revista elitista o intelectualoide... ¡y, no! Me parece que en el mundo la belleza es necesaria. La belleza también es trinchera. El espacio que Diners ha dado a escritores y artistas plásticos, durante más de 40 años, ha permitido que en nuestra sociedad haya menos espacio para el odio”, ha asegurado la escritora María Fernanda Ampuero.

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“No nos pagan por escribir, nos pagan por pensar. Lo que seduce y penetra es la visión de lo que pensabas imposible, hasta que tropezaste con nosotros, hasta que caímos, hasta que nos levantamos y éramos uno: cuatro brazos, cuatro piernas, una revista”, reflexiona el cronista Juan Fernando Andrade.

• Lo digital, mirar hacia el futuro

Durante el confinamiento, la edición física no se pudo imprimir, y se decidió trasladar el contenido a la web. “Ha sido un reto, sin duda. Pero estamos en una época en la que ya no es posible sacar una revista física y olvidarse hasta el siguiente mes. Las redes sociales exigen que información permanentemente. Esto nos obligó a convertirnos en un medio que tiene noticias culturales todos los días y que se difunde a través de nuestra página web y de nuestras redes sociales”, dice Juana Ordóñez.

Añade que los resultados de este método híbrido han sido sorprendentes. “Hay mucha acogida de temas en TikTok. No lo esperábamos”.

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En ese sentido, Mundo Diners debió ampliar su cartera de contenidos para incluir no solo lo cultural, sino también temas sobre género, ambiente, moda, gastronomía y deporte.

“Nuestra meta es algún día llegar a la edición mil, pero sin sucumbir al ‘clickbait’ (anzuelo de clics)”, indica.

Así también lo comenta Gabriel Flores, editor adjunto de la revista: “La idea es mantener la calidad del impreso en la versión digital, siempre destacando que la cultura no es solo para unas cuántas personas, sino que es un bien común de primera necesidad”.

• Hablar sobre lo incómodo

Otro efecto de ahondar en el archivo de la publicación ha sido recordar algunos de los hitos de la revista y también de las polémicas que se han generado alrededor de algunos de los temas publicados.

Ordóñez explica que parte del lema de Mundo Diners fue abordar los temas culturales y sociales desde la realidad, pese a las reacciones que pudieran generar. Es así que se sumaron crónicas y reportajes sobre temas como el debate por la legalización de la marihuana, la sexualidad, la religión, entre otros.

“Como no cubrimos temas coyunturales, hemos podido acercarnos desde un quehacer más pausado a las realidades sociales y hacerlo desde lo crítico, desde el análisis, desde lo sensorial y desde lo más humano. Obviamente, hemos abordado temas que incomodan o entristecen, pero que son necesarios y se hacen con rigurosidad”, comenta Ordóñez.

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