Es un sábado de 2019 y en el grupo de chat ‘Panas 94’ hay impaciencia. Juan José ya está en el evento que esperaban desde hacía meses: la reunión de 25 años de graduados. Pregunta molesto dónde están los demás.

Contestan de a poco. Daniela está dejando a su perra donde su hermana. Francisco salió tarde, Jaime está en camino. Miguel vive en Europa, pero no se pierde de una sílaba de los que comentan su ‘panas’.

Así, a través de la ventana de una pantalla de celular, nos introducimos en el universo del grupo de amigos que protagoniza ‘Chat grupal’, la obra más reciente del escritor quiteño José Hidalgo Pallares.

La novela, escrita a manera de chat y siguiendo episodios puntuales de la vida de cada personaje, nos ofrece una ventana a una generación que vive el desencanto de la vida adulta.

Para Hidalgo Pallares, la idea tras la novela surgió en un libro previo, el premiado ‘Manual de la derrota’. “Ya en el cuento ‘Los graduados’ había trabajado con el tema de la fiesta de aniversario de graduados, pero no quería tratar el mismo tema que el cuento. Lo que quería hacer era hablar sobre la evolución de la amistad”, reflexiona.

Y es que, si bien las interacciones entre los personajes ofrecen una resonancia a las emociones y complicidades de la juventud a través de las bromas y recuerdos que comparten, las vidas de los amigos se alejan cada vez más de las ilusiones del pasado para plantarse firmemente en el dolor del presente.

Jaime pasa por un duelo, Francisco por una terrible crisis económica, Juan José se enfrenta a una paternidad tardía, Daniela intenta llegar a términos con la soledad y, desde su autoexilio, Miguel surfea las olas de la ruptura familiar.

Pero estas dificultades no asoman en los chats, sino en las pequeñas incursiones narrativas en sus vidas.

“Me parecía interesante y necesario mostrar que el chat de amigos es un sitio de liberación donde quieren ver chistes, memes, cosas más livianas, pero no los temas más íntimos. Esos problemas quedan para encuentros más íntimos. Y sin embargo están ahí, aparecen brevemente, se mencionan. Son estos problemas que aparecen como una bisagra a los cuarenta años, cuando uno es sostén de sus hijos, pero también de sus padres, cuando empiezas a tener problemas con la pareja o enfermedades, cuando gente que conoces muere”, dice.

La novela de 145 páginas usa paisajes breves y chats veloces para atrapar al lector. Los saltos en el tiempo, con eventos que acontecen en los meses o semanas antes de la fiesta de graduados, sirven para dotar a los personajes con una profundidad insospechada.

Una característica importante es que Hidalgo Pallares mantiene el uso coloquial del idioma en los chats e incluso las faltas ortográficas habituales de este tipo de comunicación.

“Me parecía inverosímil usar un español neutro. Quería que los personajes tuvieran conversaciones comunes de cualquier chat de amigos, donde nadie se está preocupando de cómo escribe, o de cómo habla”, afirma.

Otra fortaleza importante de ‘Chat grupal’ es la cercanía que mantiene con la realidad. Aquí no hay conclusiones, cierres limpios o finales felices; como la vida misma.

“Hay problemas que son permanentes. Las enfermedades, la vejez de los padres. No hay soluciones mágicas, y quería conservar esa realidad. Finalmente, lo que importa es cómo afrontan esas realidades, cómo las llevan y cómo siguen adelante”, indica. 

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