Ocio

Andrea Barrionuevo
Su obra está enfocada en personajes pintorescos de la capital.Cortesía

Andrea Barrionuevo con su cámara perenniza situaciones humanas y dramáticas

Fue su padre quien despertó su curiosidad por la fotografía cuando era una niña. A sus 32 años, ella capta el drama callejero

La fotógrafa urbana Andrea Barrionuevo (32) creció en el sector de Santa Bárbara de Chillogallo, sur de Quito. Fue su padre (Wilson) quien despertó su curiosidad y amor por la fotografía cuando, a los 8 años, le regaló una cámara de rollos marca Kónica, que aún conserva. Con ella comenzó a documentar objetos, personas, reuniones familiares, cumpleaños y paseos del colegio.

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Tenía esa pasión de hacer fotos. Más que un juguete, fue como que me dio una luz para saber a qué me iba a dedicar”, dice Andrea, quien abrió un estudio en el que hace sesiones fotográficas. Su primer trabajo remunerado fue con una amiga y sus hijas en un parque.

Cuando terminó el colegio, viajó a Estados Unidos donde trabajó un año. Con ese dinero se compró su primera cámara profesional. De regreso al país estudió fotografía.

Con su inseparable cámara perenniza situaciones humanas y dramáticas que otros ignoran o simplemente no observan.

Su obra está enfocada en personajes pintorescos de la capital, como las tradicionales caseritas (mujeres vendedoras), los mendigos, borrachitos, gente sin hogar, animales callejeros y todas las situaciones que ocurren en el Centro Histórico y sus alrededores. Su trabajo lleno de color ha sido expuesto en cuatro ocasiones.

Toda esta experiencia nació en las coberturas periodísticas durante el tiempo que laboró en un diario como reportera gráfica. En ese medio logró experiencia y pulió su técnica.

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Entre huelgas, mítines, fotorreportajes, ruedas de prensa, empezó a documentar las calles de Quito como un asunto personal. Archivó esas fotos y tiempo después armó con ellas su proyecto, que ha recibido buena acogida.

Cansada de cubrir sucesos y temas de crónica roja, decidió renunciar al medio de comunicación donde laboró cerca de cinco años. Relata que una vez, cubriendo el asesinato de un sacapintas, se enfrentó a una escena fuerte al ser perseguida, junto al conductor, por varias personas.

Otro motivo que empujó su salida fue el hecho de sentirse estancada, de hacer lo mismo todos los días.

Andrea Barrionuevo
Tiene una gran variedad de tatuajes en su cuerpo.Cortesía

Al año de su salida, abrió su cuenta en Instagram, a la que llamó 'Quito Calle'. Desde allí expone su mundo a través de la cotidianidad capitalina. Jamás pensó que crecería tanto y que la gente se interesaría por su serie 'Las caseritas'.

Aparte de este proyecto humano que ya tiene siete años y que abarca desde personas viviendo o trabajando en la calle hasta paisajes, la artista cuenta con otro al que puso por nombre 'Todos estamos rotos', que nació como una frase que “rayé en una pared durante la cuarentena. Pasaba por depresión debido a la pandemia de COVID-19”, explica.

El dolor como terapia

Su gusto por lo visual también lo trasladó a su cuerpo, que está cubierto con una variedad de tatuajes, cuyo número dice no saber, aunque está segura de que tendrá nuevos. El primero se lo hizo a los 22 años.

Andrea Barrionuevo
El arte de Andrea.Cortesía

“Es súper doloroso, pero disfruto ver la obra que llevo en la piel. El dolor es algo fuerte y lo uso como terapia cuando me siento triste”.

Llegó a tener 23 perforaciones y ahora tiene las dos orejas expandidas.

Manos a la obra

Está produciendo su libro 'Quito Calle', que va a ser publicado en marzo próximo.

Ha trabajado modelando ropa y ha salido en videos musicales. Usa su imagen para promocionar otros trabajos, como fotografía artística para amigos.

Este año hizo cuatro exposiciones de sus proyectos Las caseritas y Todos estamos rotos. Su primera muestra fue en la Asociación Humboldt.

El ‘street art’ o arte callejero comenzó al inicio de la pandemia. Su trabajo estaba en las calles, y cuando el país fue obligado a entrar en cuarentena, no tuvo la oportunidad de salir. Entonces tomó su banco fotográfico y decidió hacer un collage de las imágenes. De ahí nacieron los adhesivos y plantillas.

Andrea Barrionuevo
Trabajó en un medio de comunicación.Cortesía