Violencia irrumpe en zona turística y deja a una menor herida
Una adolescente fue alcanzada por una bala perdida durante un ataque armado que dejó a un hombre muerto en Puerto Santa Ana
Lo que parecía una noche tranquila en Puerto Santa Ana, uno de los sectores turísticos más visitados del centro-norte de Guayaquil, se convirtió en una escena de pánico y violencia. Cerca de las 22:00 del sábado 17 de mayo, un ataque armado sacudió el lugar y dejó como saldo un hombre fallecido y una adolescente herida por una bala perdida.
El tiroteo ocurrió en plena vía pública, cuando el conductor de un vehículo de alta gama fue interceptado y acribillado por sujetos desconocidos.
La víctima del sicariato tenía antecedentes penales
La víctima, identificada como Jonathan Terán Bohórquez, de 41 años, murió en el acto tras recibir múltiples impactos de bala. Según la Policía, Terán tenía antecedentes penales por tenencia de armas, robo y una tentativa de asesinato.
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Durante el ataque, una joven de 17 años que caminaba por el sector fue alcanzada por un proyectil. La adolescente, cuya identidad no ha sido revelada, fue trasladada de inmediato a una casa de salud, donde recibió atención médica de emergencia.
Al interior del vehículo atacado se halló un arma de fuego, que fue entregada a Criminalística para su análisis. Las autoridades investigan si el hecho está relacionado con un ajuste de cuentas. La zona fue acordonada por varias horas mientras se levantaban indicios balísticos y se revisaban las cámaras de seguridad.
Este hecho ha reavivado la preocupación por la creciente violencia en zonas consideradas seguras y turísticas de la ciudad, donde incluso transeúntes inocentes terminan en medio del fuego cruzado.
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Y es que el pasado 20 de marzo, a la salida del Túnel Cerro Santa Ana y junto al puerto turístico homónimo, un atentado con armas acabó con la vida de tres personas, cuyos cuerpos inertes quedaron sobre la vía, a vista y paciencia de transeúntes que no necesariamente les agrada ver esas escenas.
Según testigos, los atacantes llegaron en un vehículo de color plomo y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra los tres hombres. Utilizaron pistolas y fusiles para ejecutar el crimen, dejando una escena de terror en una de las avenidas más transitadas de la ciudad.
En el sitio del ataque, los peritos de Criminalística levantaron 21 vainas percutidas calibre 9 milímetros y 10 casquillos calibre 2.23, lo que evidencia el uso de armas de alto poder en el atentado.
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