Lo que antes eran zonas icónicas de Guayaquil, utilizadas por los turistas para pasear o hasta sacarse fotografías, hoy solo son calles que se encuentran vandalizadas, llenas de garabatos o espacios vacíos que quedan producto de los robos que sufren.

EXPRESO recibió las denuncias de turistas y trabajadores del centro de Guayaquil que reclamaban el abandono municipal, además de su preocupación por el descuido que sufren algunas zonas que suelen ser transitadas por los turistas.

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“Hay grafitis por todos lados, se supone que esta zona es turística, pero a mí me da vergüenza cada vez que veo gringos caminando por aquí”, comenta Luis Mantuano, un comerciante de la zona quien ironiza con lo que ocurre en los alrededores del Municipio. “En la propia casa del Cabildo grafitean y ensucian todo. Si aquí que hay guardianía privada y Policía Metropolitana casi todo el tiempo lo hacen, qué se puede esperar del resto”, comenta Mantuano, quien trata de entender lo que se escribió sobre los bolardos de cemento que están vandalizados con una pintura amarilla.

“Capaz que quisieron escribir poder, pero no lo hicieron bien. Son una vaina”, criticó el hombre, refiriéndose a los grafitis que se encuentran exactamente en la Plaza de la Administración, frente a la Universidad de Las Artes, junto al Municipio.

En un recorrido que realizó EXPRESO a lo largo de la calle Aguirre, desde el Malecón hasta Chimborazo, se encontró con algunas zonas vandalizadas y otras bastante descuidadas.

Un edificio abandonado en la intersección de Aguirre y Pedro Carbo era el lienzo para que los vándalos dejen garabateada una pared que además tenía olores fétidos que provocaba que los pocos transeúntes que pasaban por la zona lo hagan tapándose la nariz; justo al frente, varias señaléticas que de igual forma se encuentran garabateadas con letras que no se entienden.

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Para Radmila Quevedo, trabajadora de uno de los locales aledaños, esta es una lucha constante. “Si durante el día vienen a querer rayar los espantamos, pero ellos vienen en la noche a hacer sus pillerías”, dice Quevedo, quien asegura que hace unas semanas la situación era peor.

“Si ahora está mal, antes estábamos remal. Recién han pasado una manito de gato para disimular. La seguridad debe estar más pendiente en esta zona porque es muy concurrida y qué feo que demos una mala imagen en estas cosas”, dijo Quevedo.

Antonella Samaniego, moradora del sector, también hace un llamado a los que realizan los grafitis. “A nadie le gustaría que vayan y le rayen fuera de su casa. Deberían respetar y no hacerlo más. Eso no es arte, es abuso”, dijo molesta.

Para Samaniego, también hay complicidad de las autoridades en la situación. “Deben ser más fuertes con las sanciones que se dan por vandalizar los edificios y las casas. No se pueden ir así de fácil, deben ir presos o pagar una fuerte multa”, exhortó.

EXPRESO consultó sobre esta situación al Municipio. ¿Qué acciones realizan para evitar que esto suceda?, ¿se ha logrado identificar a los infractores?, ¿Con qué frecuencia se realiza limpieza de las paredes vandalizadas?, fueron algunas de las preguntas que realizó este Diario al Cabildo; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuestas.

Otro de los problemas denunciados es el robo de las tapas de lo que antes eran los buzones del correo en Guayaquil. “Hace meses vienen robándose y siguen haciéndolo. Durante las madrugas esto se vuelve un dormitorio de decenas de personas que también se llevan las tapas que son de bronce”, comenta Emilio Buitrón, un comerciante informal que asegura lleva trabajando más de tres años en el sitio.

“Empezaron llevándose de uno en uno, ahora hay veces que se roban decenas en una noche. Lo peor es que las autoridades ya saben esto, pero no hacen nada”, reclama Buitrón, quien lamenta que estos sitios se echen a perder.

“Esto era un clásico en Guayaquil, el correo, pero desde hace varios años ya no es lo mismo, ahora solo sirve de guarida y lugar para que los consumidores vengan a robar. Ojalá las autoridades hagan algo”, imploró.