Está considerada dentro de los puntos turísticos de la ciudad, por su importancia histórica y partida de nacimiento de Guayaquil; sin embargo, el vandalismo y personas en situación de calle se han apoderado de sus paredes, veredas y áreas verdes, sin que alguna autoridad ponga orden y limpieza.

Es la Plaza Colón, ubicada en las faldas de los cerros Santa Ana y del Carmen y a pocos pasos del patrimonial barrio Las Peñas, donde se levanta el monumento en honor al fundador de la urbe Francisco de Orellana, cuyo busto también ha sido blanco del vandalismo.

Más que un sitio para recrearse o visitar, la plazoleta se ha convertido en un dormitorio al aire libre de indigentes y hasta curadores de ‘mal de ojo’, que, por un dólar, le hacen ‘limpia’. Eso sí, la atención es a partir de las 9 de la noche, como así lo indican en una de las paredes garabateadas. Y es que no hay un espacio en el sitio que no haya sido firmado por grafiteros. Nada, ni la señalética del Museo del Bombero Ecuatoriano Jefe Félix Luque Plata, ubicado en las calles General Cornelio Escipión Vernaza y Av. Malecón Simón Bolívar.

“Esto es un completo abandono. A eso de las siete de la noche llegan en patinetas y se suben por todas las bancas y también llegan a fumar sustancias por lo desolado que queda. Ya desde esa hora nadie quiere pasar por aquí”, cuenta don Julio, quien ha observado de cerca el descuido que ha experimentado el sector desde hace mucho tiempo. Explica que el daño en los bancos de marmetón no se debe al tiempo, sino a quienes utilizan el lugar como si fuera un parque de skate.

Lo corrobora el artista plástico Édgar Calderón, quien reside desde hace 35 años en Las Peñas, a pocos pasos de la Plaza Colón, y parte de ese entorno turístico que incluye las escalinatas del cerro, el Faro; y la iglesia Santo Domingo de Guzmán, también conocida como San Vicente, el primer templo católico de la ciudad.

Calderón atribuye el problema a dos situaciones: la forma de vida que tiene la mayoría de las personas que habitan alrededor de la Plaza Colón y a la figura del Che Guevara que está colocada en la parte baja del parque y donde una persona en situación de calle ha levantado una choza. Aunque moradores afirman que no hace daño, genera inseguridad para turistas nacionales y extranjeros.

“Yo lo atribuyo a eso, porque desde que colocaron ese monumento no hay limpieza, nada”, asegura el artista al creer que el asunto va por ideología política. 

Afirma que personalmente le ha pedido a los concejales y hasta a la propia alcaldesa que preste atención al sitio, pero no ha tenido respuestas. “Solo vinieron a limpiar cuando fue la Final de la Copa Libertadores y luego se olvidaron”, recuerda. 

Ante esa situación prefiere desviar a los turistas que se encuentra en ese camino, para que no vean esa parte que “da vergüenza”, pero que a unos metros también se levanta el conjunto escultórico “Memorial en honor a los héroes y las víctimas que dejó la pandemia de COVID-19", las que están bien conservadas al igual que la iglesia.