Paredes caídas, huecos en los techos, agua estancada en patios y aulas, daños en el sistema eléctrico y baterías sanitarias. Esas son algunas de las afectaciones que han sufrido, con las fuertes lluvias, 30 instituciones educativas fiscales de la Zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón.

La mayoría de las escuelas y colegios perjudicados están ubicados en Monte Sinaí, La Ladrillera, Socio Vivienda, Nueva Prosperina, Sergio Toral, Balerio Estacio, al noroeste; pero también hay otros planteles en el norte y sur de la urbe que han sufrido la inclemencia del tiempo.

El ministerio del ramo informó que ha previsto invertir 8,3 millones de dólares en los arreglos o trabajos de mantenimiento “que no son tan graves”, informó Jeremy Rubio, subsecretario de Educación de la Zona 8.

Durante un recorrido realizado por EXPRESO por varias zonas de la urbe, los padres de los alumnos manifestaron su preocupación por los daños que han sufrido los centros de estudio, a casi un mes del inicio del nuevo año lectivo 2023-2024 en el régimen Costa, previsto para el próximo 24 de abril.

Un ejemplo es la Unidad Educativa Dr. Miguel Donoso Pareja, ubicada en la cooperativa Sergio Toral 1, donde un pedazo de pared de la fachada se desplomó y el resto está sujetada con palos y cañas para evitar que siga cayéndose.

Mercedes Moreira, representante, informó que el percance sucedió hace dos semanas. “Por suerte los niños ya habían salido de vacaciones y se pudo evitar una desgracia, porque los bloques cayeron en el patio del local”. Añadió que todavía ninguna autoridad ha visitado la escuela para conocer la magnitud de los daños.

“Nosotros no podemos entrar a los locales que están cerrados porque los maestros también están de descanso, pero desde afuera se pueden ver los destrozos de la fachada”, anotó.

A pocas cuadras está la escuela y colegio Juan Javier Espinoza, donde el agua está bajando su nivel luego de haber permanecido estancada durante tres días. “La lluvia ingresó hasta las aulas y tuvimos que poner a buen recaudo los pupitres, para evitar su deterioro”, recalcó Carla Cedeño, quien ayer estuvo en la escuela para entregar unos documentos de sus dos hijos.

En la escuela Agustín Guerrero Lizarzaburu, ubicada a cinco minutos de la anterior, el panorama no es diferente.

“Las estructuras metálicas están totalmente deterioradas. Con las lluvias el agua alcanza medio metro de altura y cubre el nivel de las aulas”, destacó Sannia Larrea, madre de dos menores que se educan en el plantel, en cuyos exteriores hay agua estancada, lodo y maleza crecida por la falta de desbroce.

En otro sector del noroeste, en Nueva Prosperina, está la escuela Adalberto Ortiz Quiñónez, donde se forma una cascada y el agua se estanca en uno de los pasillos exteriores.

Mientras que en la Ruperto Arteta Montes, en Sauces 8, los baños y el sistema eléctrico han colapsado. “Esperemos que los arreglos lleguen pronto para que los niños no tengan problemas en el inicio del nuevo periodo escolar”, comentó Manuel Rentería, otro representante.

El subsecretario de Educación confirmó que un equipo de 15 técnicos recorre la zona y levanta información de las afectaciones. Precisó que los trabajos por ejecutar incluyen el cambio del techado y el reemplazo de las baterías sanitarias, así como del sistema eléctrico.

Enfatizó que “si por algún motivo alguna institución no va a ser intervenida este año, es importante que el directivo y el distrito educativo dialoguen para levantar el informe de necesidad y tenerlo listo, para cuando toque hacer la reparación”.

Sobre si se podría postergar el inicio de clases en el régimen Costa por la temporada de lluvias, el funcionario respondió que todavía no era pertinente tomar una decisión al respecto.