Después de casi tres años de haber permanecido en pésimo estado, la calle Cuarta de Chipipe, en Salinas, ahora está asfaltada. Sin embargo, aún resta por colocar la señalización y ejecutar los trabajos complementarios de bacheo en los accesos de toda la arteria.

La obra también contempla, en respuesta a los evidentes atrasos que hubo en la entrega de la obra, el arreglo integral de la avenida Atahualpa, que colinda con la calle Cuarta. El fin es que el área, uno de las de más plusvalía en el balneario, vea reflejado en los trabajos lo que pagan y han venido pagando los habitantes por años.

EXPRESO ha seguido de cerca el problema que aún da cabida a múltiples quejas por, pese al tiempo que lleva ejecutándose la obra, no esté aún terminada, como se prometió.

“Por fin luego de tanto tiempo la calle se asfaltó, pero aún hay falencias evidentes. Necesitamos que se ejecuten ya. Es una mala broma, de las de peor gusto, ver cómo en una regeneración un Municipio pudo demorar tanto. Está claro que la anterior administración hizo lo que quiso y nos dejó a todos fregados. Y es que un trabajo a medias y sobre todo demorado, es un trabajo mal hecho. La Alcaldía actual no debe repetir los errores del pasado. El cambio debe ser radical”, aseguró Leonel Vallarino, habitante de Chipipe.

La administración municipal pasada dispuso que los trabajos no se detengan hasta culminarlos y por ello, según constató EXPRESO, la maquinaria continúa en la zona. La Alcaldía está pendiente a que las labores concluyan tal como se estipula en el proyecto.

“Estamos pendientes a que la obra sea entregada y cumpla con los plazos fijados. El personal municipal de Obras Públicas realiza un levantamiento técnico para garantizar la durabilidad de los trabajos”, informó Melina Villacrés, vocera del Cabildo.

Lorenzo García, quien habita en la calle Cuarta desde hace 10 años, al fin puede sentir algo de paz al ver que los huecos han desaparecido, al igual que las nubes de polvo con las que convivieron por tres años, que se hicieron eternos.

“Esta es un área donde los impuestos son muy altos. Desde hace mucho tiempo que esperábamos estas mejoras. Hubo retrasos, ahora al fin parece que todo está tomando forma”, comentó.

Para los residentes, entre los que constan guayaquileños que tienen allí sus viviendas y departamentos para vacacionar, las obras complementarias aún pendientes les han desencadenado otros problemas, en su mayoría viales.

Por ejemplo, el trayecto que está asfaltado se ha convertido en el paso de más vehículos, entre livianos y pesados, que circulan a exceso de velocidad, ante la falta de letreros, pasos cebra, semáforos o agentes que guíen y sancionen a los infractores.

“En la calle Cuarta hay hoteles, decenas de turistas y sobre todo alumnos de instituciones educativas allí levantadas. Hay un hospital, comercios, hay todo. Y aún así nadie hace conciencia. Se acogen al hecho de que no hay señales de tránsito aún y ‘vuelan’. Una negligencia por parte del exalcalde Daniel Cisneros”, sentenció el guayaquileño Mario Rodas, quien habita en uno de los edificios del entorno.

“Los choferes son tan irresponsables que piensan que esta es su nueva autopista. Ya han ocurrido varios accidentes en los pocos días que tiene asfaltada la calle. Un fin de semana un carro se fue encima de una villa”, comentó Óscar Torres, custodio de una residencia.

El percance hizo que un morador, con recursos propios, construya dos rompevelocidades de cemento con el propósito de que en algo disminuya el riesgo.

“Entre más demoras haya, con más inconvenientes vamos a convivir. Por el hecho de no haber agentes de tránsito ni cámaras, los delincuentes usan la ruta como escape de los delitos que aquí también cometen. El sábado anterior, una familia guayaquileña se encontraba al pie de su vivienda y dos sujetos en moto, armados, se bajaron y los desvalijaron. Los afectados se regresaron a Guayaquil....”, relató uno de los guardianes de la arteria que, por seguridad, solicitó que no se publicara su nombre.

Pese a esta denuncia, desde el distrito policial La Libertad - Salinas indicaron que sí hay controles y operativos. Mas, la ciudadanía lo desmiente. “Todos sabemos que la provincia está desprotegida. Por eso hay la cantidad de muertes que hay. No hay razón de defender lo indefendible”, sentenció el guayaquileño y residente Jorge Pino.