Luego de un mar de quejas por la falta de tapas de alcantarilla en las calles Quisquís y Riobamba, en el centro, los reclamos fueron escuchados. “Los carros se daban tremendos golpes y un par de ciclistas hasta se cayeron por culpa del descuido municipal. Era urgente que reparen el daño”, señaló a EXPRESO el ciudadano Emilio Burgos.

Para él, si bien el pedido fue atendido aún restan otros por hacer, ligados todos a la movilidad.

Tal como EXPRESO lo ha venido contando, el problema con las alcantarillas es uno de los más comunes, por lo que la comunidad exige que se tome otra medida que no sea solo la de reponer las láminas.

“No se trata de que se las roben los consumidores o chamberos; sino de que se tomen medidas. Puede ser asegurando la estructura o multando a quien se las lleva. ¿Por qué no hay sanciones severas? A veces pienso que esto de reponer responde más a un negociado. Cuidado”, sentenció el conductor Walter Arias; quien se ha hartado de tratar -sin suerte- de esquivar los obstáculos que halla en las vías.

En la ciudad, la queja se replica en Los Rosales, Colinas de la Alborada, la ciudadela Coviem, Huancavilca Sur y La Pradera, donde además hay baches, no hay veredas amigables, tampoco señalización ni la suficiente sombra. “Caminar en Guayaquil es sinónimo de caos”, se quejó Tania Soria, de Los Rosales.