Más barrios y ciudadelas de Guayaquil ven en colocar rejas o portones una medida para sentirse algo seguros, aunque no todos los residentes estén de acuerdo. De eso dan cuenta diferentes sectores, como Los Ceibos, Sauces, la Alborada, y también están aquellos casos, como lo ha registrado EXPRESO, del retiro de las estructuras por parte del Municipio. Todas estas situaciones pasan en la ciudadela Urdenor 1, en el norte de la ciudad.

Entre las manzanas 106, 107, 114 y 121 de este sector, se han colocado las estructuras o han intentado ponerlas, pero en estas últimas acciones son las que el sector se ha visto en conflicto. En una de las esquinas está un poste metálico, que serviría como soporte para una puerta, con el sello municipal de ‘paralización de obra’; mientras que en otro punto están tres huecos (dos cerca de la acera y uno en la calzada). Ahí iban a estar más rejas, pero fueron retiradas.

Al respecto, Jessenea Orellana, residente, asegura que un 99 % de los vecinos está a favor de colocar las estructuras y que en otros puntos del sector ya se han colocado “sin problemas”. “Aquí hay una asociación con 28 socios, hay tres rejas y ahora tenemos los huecos porque han denunciado, vinieron comisarios hasta las 23:00”, manifiesta Orellana, al referirse que los trabajadores estuvieron hasta esa hora para que no se continúe con la obra.

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Ahora ella y otros moradores están a la espera de una audiencia con el Cabildo. “El Municipio quedó en hacer una conciliación para ver cómo trabajamos y seguir. Vamos dos veces yendo al Municipio, pero no hay una respuesta todavía. Esperemos que sea en esta misma semana”, acota la moradora.

Nancy Quevedo, también residente, comenta que ella ha “peleado” desde hace mucho tiempo con este tema de la colocación de las rejas en Urdenor 1.

“Peleé y se dieron cuenta del beneficio y hubo tranquilidad. Si le enseñara las fotos y videos que tengo de los robos en el sector, se cansaría; con las puertas en algo ha bajado la delincuencia”, dice Quevedo, mientras señala la avenida Francisco de Orellana, que, añade, es la que utilizan los antisociales para escapar luego de que cometen algún delito.

En un recorrido por el sector se evidenció que entre las manzanas mencionadas anteriormente, hay rejas y los huecos que están en la calle, próxima a la Francisco de Orellana, han sido llenados con piedras. Entre los vecinos comentan que los problemas que más se han agravado son los asaltos, por parte de dos personas que andan en motos, y el robo de las autopartes de los vehículos.

Los moradores están a la espera de la reunión con el Cabildo, pues argumentan que entre las calles deambulan delincuentes esperando cuando alguien llega o sale de las viviendas. Es por eso que para conocer más de este tema, y saber a qué acuerdos llegará al Municipio, este Diario le envió ayer una solicitud de entrevista a la entidad, pero hasta el cierre de este artículo no hubo una contestación. Está pendiente, además, conocer qué pasará con aquellas rejas que llevan años instaladas en la ciudad.

Este caso recuerda al de la ciudadela vecina, Urdenor 2, y que a inicios de octubre anterior encendió el conflicto con el Municipio. En ese punto, una parte del vecindario colocó rejas porque también estaban hartos de la delincuencia, pero las autoridades intentaron quitarlas.

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