La alegría de un grupo de turistas de la ciudad de Guaranda (Bolívar) que llegó a Santa Elena para disfrutar de un paseo en la playa y apoyar a su equipo Guaranda FC en un encuentro por los zonales de ascenso, se convirtió en una terrible tragedia.

El auto de placa PCD-5595 se chocó aparatosamente con la punta de un parterre en el ingreso a la ciudad de Santa Elena. Por la velocidad a la que iban, según investigaciones preliminares, el auto se elevó, dio varias vueltas de campana en el aire y terminó volcado sobre la vereda.

En el momento del suceso, Daniel Cuadrado de Avilés, de 27 años, uno de los ocupantes del carro, salió lanzado por una de las ventanas. Para su mala suerte, el carro al volcarse le cayó encima y murió al instante.

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“Fue como una escena de la película ‘Rápidos y furiosos’. El carro voló hasta que acabó volcado. Todo ocurrió en cuestión de segundos. Casi de inmediato llegó un vehículo patrullero de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) que estaba cerca y con los vigilantes se logró rescatar a los heridos. Es realmente una pena que algo así haya sucedido”, dijo un testigo.

Entre los lesionados están los hermanos Xavier y Anthony López Guerra, junto con Alison Becerra Jiménez. Los dos últimos hasta ayer permanecían asilados en el hospital Liborio Panchana. Mientras que Xavier, que no presentó mayor gravedad, fue llevado a las instalaciones de la CTE para que rinda su versión de lo ocurrido.

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Los hermanos López Guerra tienen allegados en Salinas, a donde tenían previsto arribar. Los parientes, al enterarse de lo ocurrido, acudieron hasta la escena del hecho y entre lamentos avisaron a los familiares que habitan en Guaranda sobre la tragedia.

Los lugareños aseguran que no es la primera vez son testigos de accidentes de este tipo. Por ello hacen un llamado a la ciudadanía y a las autoridades de tránsito. A la primera, le piden hacer consciencia de que “no vale la pena, por ninguna razón, conducir a alta velocidad”, mientras que a las autoridades les exigen que trabajen en campañas de educación vial y en la señalética. “A veces esta última nos juega una mala pasada. No sé qué pasó aquí, pero es triste”, dijo Camila Beltrán, residente de Ballenita (Santa Elena). 

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