Guayaquil

Padres de familia: “Alcaldesa, deje que los niños sean felices”

Los representantes quieren que sus hijos regresen a clases presenciales. Cynthia Viteri torpedea el plan de retorno a las aulas y desafía al Gobierno

Aulas vacías
Bancas vacías es el panorama que se observa en los planteles educativos de Guayaquil que aún no regresan a las actividades presenciales.JIMMY NEGRETE / EXPRESO

La postura de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, de impedir que las escuelas se reabran para que los estudiantes reciban clases presenciales, ha originado el rechazo especialmente de los padres de familia. Desde hace dos años, cuando inició la pandemia, ellos anhelan que sus hijos abandonen la enseñanza virtual que ha dejado vacíos en el proceso de aprendizaje de los niños y adolescentes del país.

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“Por favor, señora alcaldesa, permita que nuestros hijos retornen a las aulas”. “No los obligue a seguir quedándose en casa que tanto daño les está causando en su proceso de enseñanza y aprendizaje”. “Queremos que ellos vuelvan a socializar y a ser felices como antes”.

Estos fueron algunos pedidos de padres de familia, quienes ayer cuestionaron la decisión del Municipio de Guayaquil de clausurar aquellos centros educativos que abrieron sus puertas por disposición del Ministerio de Educación.

Ambas entidades aún no logran llegar a un acuerdo sobre el futuro de las clases en esta ciudad. Mientras Educación insiste en la presencialidad, el Cabildo desafía al Gobierno y la descarta por completo.

Cada institución debe actuar de acuerdo a su competencia. Todos debemos tener claro qué entidad tiene el control de la educación del país y con base en ello tomar decisiones.

Martha Córdova, presidenta de Fedepal

Carla Molina, madre de dos escolares, considera que sus hijos de 10 y 12 años ya deberían regresar a las aulas. “En casa pasan estáticos y comen a cada rato. Muchos han dejado de hablar con sus amigos reales y ahora tienen superamigos en redes, algo que es peligroso”, indica la contadora pública, quien deja a los menores con su abuela, mientras cumple con sus obligaciones laborales.

Se abren restaurantes, estadios y otros locales, pero las escuelas siguen cerradas. Esto está perjudicando a los niños que ahorra tienen miedo hasta de salir de sus casas.

Ana Ostaiza, madre de familia
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Molina considera que la alcaldesa debe ofrecer las garantías necesarias para que los chicos puedan movilizarse a los planteles en transporte público sin contratiempos. “En lugar de prohibir que se reabran las escuelas con la excusa de que los niños pueden contagiarse de la COVID-19, debería prohibir que el sistema de transporte Metrovía vaya a reventar. Allí sí se podrían producir contagios por la forma en que viajan los pasajeros”, menciona.

Mi hijo ya no ríe como antes y eso me preocupa. Cuando iba a la escuela era un niño feliz, que llegaba a casa a contarme todo lo que había hecho con sus compañeros.

Jonás Valle, padre de familia

Desde el 2020, cuando se declaró la emergencia sanitaria en el país, los 4’500.000 estudiantes debieron seguir las clases desde la computadora o a través de fichas pedagógicas que pocos entendían.

Desde finales de 2020 una docena de colegios se acogió a un plan piloto de retorno voluntario; mientras que en el transcurso de 2021 se comenzó a aprobar los Planes Institucionales de Continuidad Educativa (PICE) para volver a las aulas.

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Hasta diciembre pasado más de 1’200.000 estudiantes habían regresado a las aulas a nivel nacional. Guayaquil ha sido una de las ciudades que más resistencia ha tenido a que los niños retornen a las clases presenciales.

“Mi hijo lleva más de dos años estudiando en casa. Él tiene la ayuda familiar y tecnológica para continuar con su educación virtual, pero con el paso del tiempo esta modalidad ya es insostenible”, dice Claudia Andrade, una madre que cuestiona la forma en que están aprendiendo sus hijos.

Los estudiantes son los que más pierden en esta pugna que hay entre el Gobierno y el Municipio. Las clases presenciales se hacen necesarias para que los niños vuelvan a ver a sus amigos.

Rosa Ramos, madre de tres estudiantes

Ya se ha olvidado de sumar e incluso de leer. Aún deletrea las palabras y se le complica leer muchas de ellas. Tampoco conoce los números más allá de 20”, señala esta madre.

Hay días en que ya no puedo ayudar a mis nietos con sus clases remotas. Creo que deberían volver a la escuela para que aprendan mejor con sus maestros.

Vicenta Cevallos, abuela de tres niños

Ella asegura que no encuentra maneras para hacer que su hijo de ocho años, quien está en cuarto básico, supere este problema que se ha acentuado con las clases desde casa, en donde no cuenta con un profesor que la guíe de manera presencial.

Señora alcaldesa, deje que los niños vayan a las escuelas porque es la única manera en que podrán aprender mejor. Ya no pueden seguir estudiando desde casa.

Gladys Cabrera, representante de tres alumnos 

Nancy Ramírez también exige que se reabran las escuelas, pero para ello cree necesario que se garanticen medidas de bioseguridad y que se exija a los padres que no envíen a sus hijos si presentan síntomas respiratorios.

No podemos tener a los chicos tanto tiempo encerrados. Los niños necesitan socializar con otros de sus edades e intercambiar ideas y conocimientos frente a frente y no a través de un chat”, agrega.

A este pedido se suma Roberto Gutiérrez, un padre de familia que opina que las clases presenciales deben volver de algún modo. “Los profesores son los que pueden enseñarle mejor que nadie a los chicos, independientemente de la edad que estos tengan”, recalca.

Él revela que es complicado enseñar a un niño de cinco, seis o siete años a leer y escribir por Zoom o por WhatsApp, como han venido trabajando algunos profesores, especialmente los del sector fiscal.

DecisiónEl retorno a clases presenciales es voluntario, por lo que son los padres de familia quienes la última palabra de enviar a no a sus hijos a las aulas.

En la presencialidad hay interacción entre estudiantes y maestros, y se puede despejar cualquier duda de ambas partes. En cambio, cuando es de manera remota, el profesor ni siquiera sabe si tiene o no la atención de los niños”, anota.

Otros representantes consultados por EXPRESO dicen estar convencidos de que los chicos pueden cuidarse y que ya están aprendiendo a vivir con la pandemia que no se sabe cuándo terminará.

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Martha Córdova, presidenta de la Federación de Establecimientos Educativos Particulares Laicos del Guayas (Fedepal), señala que se debe establecer quién tiene la competencia en el sistema educativo para tener claro el panorama a la hora de tomar una decisión.

“Creo que es el Ministerio de Educación el ente encargado de dirigir la educación del país. Ninguna voluntad municipal debería estar por encima de este. El Cabildo debería estar pendiente de las obras de la ciudad, de ofrecer un mejor servicio de transporte, de mercados, etc. Y debe dejar que cada institución se haga cargo de sus responsabilidades”, puntualizó la también maestra y directora de un centro educativo.

PARA SABER

  • Competencia

La reanudación de clases es una decisión adoptada por el COE Nacional y por el Ministerio de Educación, entidades que tienen competencia para tomar este tipo de decisiones.

  • Sustentación

La medida se sustentaba en un descenso de los casos de contagios en Guayaquil, de 1.015 a 834 el 22 de enero.

  • Prioridad

Se enfatiza en la importancia de que los niños puedan ejercer su derecho a la educación.