El verde y rojo que caracteriza a diciembre, por las festividades de Navidad y Fin de Año, están ausentes en muchos hogares y barrios de la ciudad.

La inseguridad que se vive actualmente no solo genera miedo en los guayaquileños y ecuatorianos por la violencia delictiva y criminal que la semana pasada sacudió aún más con la matanza de cuatro niños y su madre, en el sur de Guayaquil, sino además ocasiona la pérdida de las tradiciones navideñas en las esquinas de los barrios.

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Durante un recorrido, EXPRESO pudo observar que a 13 días de celebrarse la Navidad, pocos barrios y ciudadelas habían decorado sus casas y calles con motivos de la época.

La comunidad de Sauces 1 es de los pocos que ha encendido el árbol de Navidad, que colocaron desde tiempos de la pandemia, en el parque de las manzanas F10, F11 y F12, en cuyas calles se han colocado rejas como en muchos sectores de la ciudad por la inseguridad.

En el sitio se congregan vecinos de la directiva y otros moradores para elevar oraciones al pie de un pesebre. “Primero le damos gracias a Dios por estar con vida, estamos aquí apoyándonos cada uno. Nos reunimos para rezar la Corona de adviento con fe, con esperanza de que este país cambie. Por la paz del mundo entero, de Guayaquil, Durán, Quevedo. Todo el Ecuador necesita paz para que podamos caminar tranquilamente, no estar presos en nuestras casas, llenos de rejas”, dice la abogada Elizabeth Peña, moradora del sector, quien es apoyada por su vecina Sonia Farías.

Es más bien el árbol de la esperanza, que colocaron en aquella época en que el mundo se encerró por la aparición de un virus que cobró la vida de millones de personas.

La intención, como dice Blanca Salazar, dirigente del sector, fue unificar y “no ser indiferente con el ser humano. Ahora si ven que le pasa algo, nadie hace nada... nadie se mete. Aquí lo que estamos haciendo es unidad, ayudándonos mutuamente”.

El ingeniero Raúl Escalante, también integrante de la directiva, señala que el costo para levantar el árbol fue muy poco, porque todo el vecindario ayudó. Además se realizan actividades para los gastos que se generaron. “Lo que buscamos es hacer visible la Navidad con el apoyo de todos, porque todos colaboran”, resalta.

Otras calles peatonales de Sauces 4 y 8 también han embellecido y adornado su sector con guirnaldas, aprovechando la colocación de rejas en sus calles.

Los vecinos de las manzanas 12 y 13 de la Alborada intentaron también llenar de colores y luces su parque. Sin embargo, solo pudieron adornar algunos árboles, pero no por la inseguridad. Esta vez, fue por el supuesto inicio de obras municipales en el sector.

“Justamente en estas fechas”, comenta el dirigente Galo Ruiz, quien cuenta que hace aproximadamente un mes llegaron desde distintas áreas municipales para adecuar el espacio que ha estado abandonado por más de treinta años.

Según le dijeron, iban a hacer una estructura, colocar plantas y nuevos adoquines. En el sector existen problemas con los árboles, cuyas raíces están avanzando hasta las cisternas de las casas y levantando los adoquines del parque.

En medio de esa situación, algunos moradores han engalanado sus casas, portales y otro de los parques con adornos y luces navideñas para no perder ese espíritu, también, en medio del encierro de sus calles por la inseguridad.

Mientras, la directiva de Samanes 1 busca incentivar a los moradores para adornar sus casas con motivos navideños, mediante un concurso que premiará a la vivienda navideña más vistosa.

“El primero de diciembre se hizo la invitación a la comunidad para que se inscriban para la casa más navideña, la que tenga el mayor espíritu navideño. Ya tenemos algunas casas inscritas. Estamos maravillados por el amor que le han puesto con cada detalle”, comenta Johanna Torres, líder del sector.

Una de las inscritas es la maestra jubilada Josefina Jurado de Salguero, de 76 años, quien se inspira para seguir cada año esta tradición navideña,    el conocimiento que tiene de Dios, desde que tenía 7 años.

“Se arraigó cuando vi que las religiosas de la escuela arreglaban el pesebre, lo que quedó grabado en mí para toda una vida. Como segundo plano está el árbol, el resto de adornos, porque lo primero es el nacimiento de Cristo, que vino al mundo para salvarnos”, menciona al comentar que comenzó a colocar todos los adornos después de la celebración de Cristo Rey, con la ayuda de una persona que trabaja en su casa, donde cada rincón interno y externo está lleno de adornos y luces navideñas, especialmente de los colores rojo y verde.

En una de las entradas de la manzana 136, la comunidad también ha colocado un árbol navideño de 7 metros de alto con cerca de 30 juegos de luces de colores, que encienden el sector cada noche.

Frente a él, fue ubicado un pesebre pintado por los vecinos, al pie de su emblemático árbol de ceibo.

Ciudadelas del sur de la ciudad, como la 9 de Octubre, también han optado por adornar parte de sus calles. Ivonne Pinzón, líder del sector, mostró las peatonales y casas que los vecinos han colaborado para engalanarlas con motivos navideños, y donde se resalta la figura de Papá Noel que le da la bienvenida a uno de los hogares que intentan no perder la tradición, a pesar de la inseguridad que se vive en la ciudad.

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