La calle Rocafuerte, ubicada en el Centro Histórico, es un lugar especial durante la época navideña. Es aquí donde se concentra la mayor oferta de trajes para el Niño Jesús, una tradición arraigada en la cultura católica de la ciudad.

En esta populosa calle se concentran alrededor de 20 establecimientos dedicados a estos menesteres.

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Las vitrinas sobresalen desde la entrada de cada local con sus figuras en yeso, madera, de plástico o alabastro de la Virgen María, de José y del Niño Jesús, que se destaca especialmente por sus rebosantes cachetes rosados, ojos celestes y sus rizos castaños.

A pocos días de comenzar la novena del Niño, el 16 de diciembre, las ventas de trajes para el Niño Jesús se disparan. En cada negocio de la calle Rocafuerte, los colores brillantes de los trajes llenan los escaparates.

En medio de capas, túnicas, telas, hilos y mucho color, transcurren los días de María Luisa González, propietaria de almacenes Los Ángeles, que disfruta diseñar, y elaborar las vestimentas para las figuras religiosas.

Este año, María Luisa sacó a la venta un nuevo modelo, predominará el color dorado como símbolo de prosperidad para el 2024.

Según González, la idea de utilizar este color es una muestra de renacer, de nuevas oportunidades, porque a raíz de la pandemia muchas familias perdieron a sus seres queridos y hubo crisis económica.

“Para este año vamos a vestir al Niño Jesús como el príncipe de los deseos, el magnífico, Cristo rey, que son bordados con hilo y cordón de oro”, señala.

Cuenta que para confeccionar los trajes comienza en enero, con el fin de tener todo listo para la temporada navideña. Los trajes son elaborados con telas de alta calidad y con un cuidado especial en los detalles.

“Confeccionamos ajuares para imágenes relacionadas con el arte religioso. Usamos las telas más finas, terciopelos, brocados, telas de novias. Nuestro local se caracteriza porque cada año innovamos los modelos”, explicó María Luisa.

Hay tejidos, bordados, con encajes, de pana, con tul, tipo túnica, o con vuelos. “Hay para todos los gustos y bolsillos”, asegura Glenda Ocaña, administradora de confecciones Glenda. Además del vestido, se le coloca gorro y escarpines.

La mujer, que se dedica a esta labor hace 30 años, cuenta que en la actualidad los fieles religiosos buscan personalizar a las imágenes sagradas. Por ello demandan nuevos modelos.

Explica que, aunque el traje tradicional es blanco, las personas lo buscan según la petición que quieran para el año que viene. Por ejemplo, el verde es para atraer prosperidad y esperanza; el blanco y amarillo, para salud y bienestar; y el rojo o fucsia, para el amor.

Los clientes también los visten de acuerdo a su profesión, por ejemplo médicos, chef, policías, bomberos, militares que son los que más se venden, es una tradición que ya tiene más de 100 años en la ciudad.

“Este año la gente viene en busca de lo más económico, no quieren muy caro, pero también la gente se muestra más devota que antes, pide por la salud y seguridad”, asegura.

Los precios varían, hay imágenes del Niño Jesús desde 10 hasta 45 centímetros. Y los precios: de $ 2,50 a 20, respectivamente. Los trajes cuestan un poco más por los detalles y técnicas que utilizan para adornar: la capa y el vestido están desde 10 hasta los 85 dólares.

Otro factor que influye es lo que pidan los ‘priostes’ o los devotos, o si tienen algún ofrecimiento, por ejemplo, si necesitan algo relacionado con salud, trabajo, o para fiestas religiosas, de provincialización para ellos también existen opciones.

Raúl Martínez recuerda que desde niño veía cómo sus abuelos vestían al Niño Jesús, ahora él continúa con esta tradición. Tiene más de 70 trajes de todos los colores y diseños. Pero en esta ocasión está buscando un traje especial, fue elegido prioste en su institución.

Viajó desde Latacunga con su familia para escoger una vestimenta adecuada. Su familia es muy devota y tienen mucha fe en el Niño Jesús. Su principal pedido es protección debido a la inseguridad.

Soy policía y nos encontramos en una situación de inseguridad. No sabemos si regresaremos a nuestras casas. Por eso le pido a mi Niño Jesús su protección.

Menciona que pese a la crisis las ventas son buenas, Y ¿cuál es el motivo? Responde que todo se debe a la devoción y a la tradición de la gente. Esta costumbre se remonta a la época de la Colonia.

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