La administración de Cynthia Viteri concluye, pero muchas obras que ofreció, no. Continúan con retraso, con procesos desiertos o los trabajos que se ejecutan no avanzan al ritmo que espera la ciudadanía. Soluciones viales, reconstrucción de calles, una terminal terrestre satélite con futuro incierto, así como la troncal 4 del sistema Metrovía, son algunas de las tareas que se fraguaron durante su gestión. Todo esto quedará para la nueva administración municipal, con Aquiles Álvarez a la cabeza.

Por ejemplo, en el terreno de la tan esperada terminal terrestre vía a la costa, en el kilómetro 33 de la vía Perimetral, detrás de Los Ceibos, el olvido es lo único que se estaciona. El escenario seguirá así debido a que, de acuerdo con el Portal de Compras Públicas, el proceso ha sido declarado desierto. El presupuesto referencial de esta terminal es de $ 10’100.302.

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¿Cuál es la razón de que se encuentre en ese estado? En la página se argumenta por “considerarse inconvenientes para los intereses nacionales o institucionales todas las ofertas o la única presentada”. En los registros municipales, la obra fue anunciada por la alcaldesa saliente desde inicios de 2019.

En otro punto de la ciudad, en el sector de Vergeles, en el norte, hay una tarea que mantiene intranquilos a sus residentes, sobre todo a los comerciantes. Se trata de un mercado cuyos trabajos, de acuerdo con una pancarta atada a dos cañas, inició el 2 de junio de 2022 con un costo de más de 1 millón de dólares y con un plazo de 300 días.

Es decir, en marzo de este 2023 debió entregarse el mercado, pero viene el feriado por la Batalla del Pichincha y la comunidad de la zona está en un estado de desconcierto. Una de ellas es Aracely Vélez, dirigente del barrio. Ella espera respuestas y conocer quiénes ingresarán finalmente al mercado.

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“Teníamos previsto que sea entregado en mayo, pero vamos mayo y nada. Fui al Municipio y no me dieron información, solo que seguía en proceso. Quiero saber la fecha final de entrega porque ella (Viteri) se va y nos deja inconclusos, sin certezas”, se lamenta la mujer que anhela, asimismo, que los trabajadores que se encuentran en el lugar pisen el acelerador, pues laboran a “paso lento”.

Y así como fue declarado desierto el proceso de la terminal terrestre vía a la costa, que sería la segunda satélite después de la de Pascuales; la troncal 4 de la Metrovía, sistema en que el Concejo Cantonal le ha echado salvatajes para sus operaciones, sigue la misma figura: desierta.

La obra, así como lo publicó hace unos días este Diario, también es otra que queda para la administración de Álvarez. Ninguna de las ofertas cumplió con los requisitos mínimos, por lo que los que prevén movilizarse del suroeste al centro de la ciudad, como se vaticina que ruede esta troncal, seguirán esperando.

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Pero el descontento que compartieron diferentes moradores de sectores ya sea del norte, sur, este u oeste, radicó en la demora de obras que conllevó a soportar calles con lodo o respirar polvo. Entre las obras de esta gestión socialcristiana figura la calle Guayacanes, Sauces, la sexta etapa de la ciudadela Alborada, pasos a desniveles y la tan mencionada calle Argentina, en el sur y suroeste de la urbe.

Este Diario volvió a ese punto y constató el hartazgo ciudadano. Los vecinos concordaron que llevan más de un año esperando que terminen finalmente los trabajos, pues aún están 8 cuadras ‘abiertas’. El tramo en cuestión es desde la calle 19 hasta la 26 y los más afectados son los negocios gastronómicos, que brotaron tras la pandemia, pero hoy se lamentan de estar en medio de fierros, tierra y lodo.

Cynthia Viteri se ha pronunciado sobre su “herencia” a la siguiente administración. En un comunicado, hace pocos días, aseguró que le deja 72 obras que representan más de $ 200 millones de inversión y prevé que los trabajos concluyan después del 15 de mayo.

En el documento reconoció el retraso en algunas y que los contratistas también han sido víctimas de las ‘vacunas’ (extorsiones). “Quieren que los acompañe la Policía para trabajar, pero no soy la jefa de la Policía”, fue su argumento.

No obstante, dentro de ese grupo de obras constan 12 que se ejecutan “sin contratiempos”, como el paso elevado en la isla Trinitaria, en el sur de la ciudad. Pero hay moradores y conductores de este populoso sector que rechazan esa declaración, como el caso del residente Carlos Méndez: “La obra ha quedado paralizada, no avanzan como se debería y quizá ahora haya acelerado, pero eso quedó ahí y con peligro, con huecos y más. Un total desinterés”, se quejó.

La administración de Viteri asegura que, en el caso de las obras con retraso, las contratistas ya han sido observadas por los equipos de fiscalización para la aplicación de multas conforme lo establecen los contratos. Y también reconoce que al menos 13 obras de Guayaquil sufren “pequeños retrasos parciales”. La causa, a juicio de la entidad, son las lluvias.

En ese grupo incluye a los pasos vehiculares de las avenidas Juan Tanca Marengo y de la 25 de Julio, mientras que otras de las causas son por “trabajos complementarios y procesos administrativos” regulares que aún están en curso.

En torno a las obras que no alcanzaron a terminarse, el arquitecto Jhonny Cóndor siente que Guayaquil quedó “abandonada” y fue “víctima” de un descontento político. “Muchas de estas obras iniciaron a mediados de 2022 y esto ha dado lugar a que la ciudad quedó olvidada y repercute el tema de las lluvias; deberían estar cuadrillas trabajando en la ciudad. Tuvo malos cálculos políticos. Tenemos pasos a desniveles, que son obras grandes, pero no se manejó bien el Municipio en estos cuatro años”, concluye.