Locales
Escenario. Algunos locales ya tenían sillas y mesas afuera antes de la ordenanza, aunque la administración anterior insistía en que no era permitido. En algunos casos, hasta hubo clausuras.Freddy Rodríguez / Expreso

La planificación se reivindica

Tras la reforma a una ordenanza, locales podrán tener sillas y mesas en su exterior. Este giro a la forma de hacer ciudad es aplaudido por urbanistas.

Bares, restaurantes, cafeterías y demás locales de alimentos preparados pueden usar portales, aceras y retiros frontales para la instalación de mesas y sillas a lo largo y ancho de Guayaquil, tras la aprobación de una reforma a la ordenanza que toma distancia de las decisiones de la administración anterior, para cuyos funcionarios esa acción representaba una invasión del espacio público.

Guayaquil debe recordar las estampas de locales clausurados por el incumplimiento de la norma municipal. Ocurrió en la calle Córdova, hace dos años, y pasó en 2017 en la calle Guayacanes de Urdesa, por la supuesta falta de la tasa de habilitación, y la orden específica de tener que funcionar dentro y no fuera del local.

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Aquello cambió con la reforma gestada desde la nueva Dirección de Planificación Urbana, Proyectos y Ordenamiento Territorial (Dupot), a cargo de Gino Mera, que contempla entre las principales aristas que el local que quiera acogerse a la nueva normativa deberá tener dentro 12 metros cuadrados, más un área de 6 metros cuadrados de circulación y un mínimo de tres mesas con cuatro sillas cada una en el interior del local (ver infografía).

Infografia de los principales puntos de la reforma a la ordenanza.
Infografia de los principales puntos de la reforma a la ordenanza.Teddy Cabrera / Municipio

Gino Mera conoce bien cuál era la opinión del exalcalde Jaime Nebot sobre este tema. Él ha trabajado para las dos administraciones, siempre en el área de Urbanismo. Hoy, que es director de la Dupot, explica que la rigurosa mirada del antecesor de la alcaldesa Cynthia Viteri respondía a que “no quería ver desorden” y que “por eso la norma era tan estricta”.

Reconoce que ha habido un cambio de agenda en la forma de hacer ciudad. “Queremos cambiar el concepto de ciudad en esta nueva administración. La pandemia nos trajo muchas oportunidades para la transformación alternativa. Tener sillas y mesas fuera permitirá ayudar a la economía de quienes tienen locales, pero también es consecuente con los nuevos principios urbanísticos que estamos aplicando”, precisa.

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Para garantizar no invadir la vía pública, la norma incluye corredores de un metro para que el peatón no halle obstáculos. Aunque la reforma aplica para toda la ciudad, está especialmente sintonizada con el proyecto de la calle Panamá, que planea convertirse en una zona cultural que incluye peatonalización.

Esto es consecuente con los nuevos principios urbanísticos que plantea el Cabildo. Queremos que la urbe recupere su dinamismo.

Gino Mera,

director de Planificación Urbana, Proyectos y Ordenamiento Territorial

Para complementar esta agenda, la urbanista Daniela Hidalgo recomienda estudiar la peatonalización de ciertas calles en determinados horarios, para que la gente pueda caminar libremente y no bloquee ciento por ciento los negocios que vayan a sacar sus mesas y sillas al espacio público.

María Lorena Apolo, integrante del equipo del Cabildo, afirma que el camino apunta allá ahora y son parte del plan de reconceptualización del espacio público. “Se trata de un reempoderamiento. La pandemia de COVID-19 hizo que aceleremos los trabajos del plan maestro. Estos son temas que ya estaban contemplados y que ahora, además de ser importantes, son indispensables para la gente que necesita reactivar la economía”.

Las páginas de EXPRESO han sido a lo largo de estos años una ventana para el pedido de especialistas en urbanismo de que la ciudad se tome en serio, al fin, su espacio público.

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Hoy este nuevo escenario es aplaudido por los eruditos que criticaban la forma en que se llevaba la agenda de obras, y que hoy advierten al Cabildo que la transformación integral de Guayaquil apenas empieza.

Hay que poner este sistema a prueba de errores, debido a que hay ciertos espacios públicos que en el comercio funcionan de una manera y otros de forma diferente.

Ricardo Pozo,
director del Observatorio Urbano y Territorial de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica.​

Lisseth Mena considera que se tendría que cambiar el diseño de las aceras, con el objetivo de no limitar la circulación del peatón. “La aplicación de esta ordenanza debe venir con la incorporación de vegetación, que ayudará a controlar el clima de la ciudad”.

“Es un inicio de hacer ciudad, pero creo que el Municipio debería tener un plan macro, que debe presentar a los guayaquileños, sobre cómo ve a Guayaquil después de 50 años. ¿Será más amigable con la bicicleta y el peatón? ¿Tendrá más árboles? ¿Seguirá dando prioridad al vehículo particular? Eso debería aclararlo el Cabildo ahora”.

Ricardo Pozo, director del Observatorio Urbano y Territorial de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, opina que la ordenanza permitirá desarrollar la actividad comercial de forma segura, aunque reconoce que no se podrá aplicar la nueva norma a rajatabla de la noche a la mañana en todos los espacios púbicos. Lo que ocurrirá, adelanta, es que habrá cierto periodo de experimentación, de aprender cómo se dará este proceso en la práctica.

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Recuerda además que una ordenanza no debe ser una camisa de fuerza ni un listado de normas. Por ello recomienda aplicarla progresivamente y con mucha flexibilidad, en caso de que haya que hacer mejoras.

“Todas las ciudades del mundo están pensando en el uso del espacio público. El Municipio se ha unido a esta necesidad de cambiar cómo nos movemos y cómo lo utilizamos. Se nota que hay un cambio”, resalta, al tiempo de añadir que esto era algo que se lo venía pensando desde hace tiempo, pero que la pandemia hizo que se acelere. Ahora Guayaquil espera ver los resultados.