Cuando llegó una de las 50 frases del proyecto municipal Letras Vivas (cuyo contrato supera los $ 300.000) a una pared de la ciudadela Las Acacias, al sur de Guayaquil, se dibujó una sonrisa en el rostro del residente y artista Aaron Torres. Pensó que esta iniciativa fomentaría al arte de la ciudad y le daría color a los espacios grises; pero al enterarse de que hay paredes que costaron $ 3.720 y otras hasta $ 18.579, sintió que le echaron un balde de agua fría.

Aaron Torres vio plasmado lo que ha hecho durante casi seis años en la ciudad: pintar frases en paredes de diferentes vecindarios, gestionar los permisos con los propietarios, buscar a colegas que se sumen a la iniciativa. Y todo esto con un presupuesto que oscila entre 15 y 120 dólares, que es la inversión para un mural elaborado por la agrupación artística que lidera, Acción Poética Guayaquil, que por lo general se plasman en paredes de 3 x 3 metros.

El portal La Historia, que dio a conocer las cifras del contrato municipal, cedió a EXPRESO la documentación, que detalla que el valor por metro cuadrado es de $ 15,22, y en la primera fase del contrato se destinaron 5.750 dólares para un ‘Estudio de idoneidad de los espacios a intervenir’. Este incluye cinco artículos, entre ellos: mapeo de calles de mayor circulación peatonal, personal de medición y coordinación y ejecución. Otros $ 3.000 representó la ‘gestión de curaduría’, establecida en el apartado de ‘Contenidos literarios’.

Torres observa nuevamente el mural de Letras Vivas que se levanta cerca de su domicilio y calcula que es de unos 70 u 80 metros cuadrados que, en cifras del Cabildo, sobrepasa los 1.200 dólares. Dice que con esas mismas dimensiones y logrando el mismo resultado, Acción Poética habría gastado $ 500. Ante ello, Torres califica como “absurdas” las cifras.

“Me sorprendí. Lo que hacen es simplemente una pared fondeada con letras hechas con plantilla. Lo ideal sería que este tipo de proyectos apoyen a la escena artística ya existente y la potencien”, comenta el también activista y hace hincapié en que en el caso de las obras ejecutadas por Acción Poética Guayaquil, se dibujan las letras una a una, con detalles, en un proceso que no toma más de tres días. El joven deja claro que el trabajo del artista debe ser remunerado, pero cuestiona las cantidades invertidas en este proyecto.

El sello de Acción Poética Guayaquil es la autogestión, ya que los acercamientos con el Cabildo han sido nulos; y si estos han ocurrido, denuncia Torres, es cuando la Municipalidad les ha borrado los murales. Uno de ellos fue en la ciudadela La Pradera, al sur.

En medio de ese panorama, hay artistas locales que comparten esta pasión y se han sumado a la cruzada de plasmar frases e ilustraciones en el gris de muchos sectores porteños, sin tener que invertir miles de dólares. Uno de ellos es Jeremmy Torres, quien no esconde su enojo por cómo se distribuyen los recursos económicos durante estos tiempos de pandemia.

“Se gasta miles en obras que Acción Poética hace gratis. Es muy triste ver que se use el arte para hacer mal uso del dinero, sobre todo cuando se necesitan muchas cosas que hacen falta”, argumenta el joven estudiante, quien se ha encargado de buscar permisos en viviendas o locales comerciales para representar las frases.

Cabe recordar que los autores de los poemas que hoy están plasmados en algunas paredes no han recibido remuneración alguna. Así lo contó Diario EXPRESO en su reportaje del lunes 5 de abril, en el que Andrea Crespo, escritora y catedrática de la Universidad de las Artes, estalló en decepción.

“Podía aceptarlo como una retribución a la ciudad, si estaba dentro de políticas de fomento a la cultura; (pero) pintar con sobreprecio no es fomento. Pagas más a quien pinta una pared y no les das nada a los escritores”, opinó Crespo en la nota.

Pero no es la única que tiene ese pensamiento. El poeta y novelista Luis Carlos Mussó admite que hasta ahora conoce la lista de los autores escogidos para este proyecto, aunque sabe que un mural con un texto suyo está en la segunda entrada del parque Metropolitano, en la vía a Daule. Él también asegura que ninguno de los autores ha recibido un reconocimiento por derechos de sus frases.

“Sin la frase no habría sido posible nada de lo demás, ni contratista, ni pintor, ni curador; lo básico es el texto, pero eso básico no se ha tomado en cuenta”, puntualiza Mussó, quien al igual que los artistas consultados por este medio, se sorprendió al conocer los rubros de Letras Vivas.