Guayaquil: Las extorsiones generan un déficit de conductores de buses
De 6.000 pasaron a 3.500. Según exdirigente, la mitad de las cooperativas serían víctimas de ‘vacunas’, las otras esperan con resignación su turno.
Una semana sin circular por el sector de la Balerio Estacio (parte de su recorrido diario) fue una de las tácticas que una cooperativa de buses empleó para evitar ser víctima de los ‘vacunadores’, pero no funcionó.
El jefe operativo revela que les dieron hasta el pasado 28 de julio para pagar la ‘inscripción’, cien dólares por cada uno de los 18 colectivos, es decir, $ 1.800.
Antes de que se cumpliera el plazo, trabajadores de la línea de bus denunciaron el delito a las autoridades. “Al inicio nos atendieron, pero con el tiempo, la Policía ya ni nos respondía”, cuenta José.
Llegó el temido 28 de julio y por no pagar les dañaron los vidrios de las unidades y golpearon a dos choferes; no les quedó de otra que cancelar. El ‘acuerdo’ fue pagar los 14 de cada mes, dos dólares diarios por cada bus, sería un total de 1.008 dólares.
“Hay incluso líneas que pagan dos ‘vacunas’ en diferentes lugares”, expresa con indignación José (nombre protegido).
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Las retaliaciones por negarse a pagar las extorsiones han terminado con buses quemados, como el hecho que se dio el pasado 26 de septiembre, cerca de las 05:00, en el bloque 1 de Bastión Popular. Ocho antisociales les robaron a los pasajeros de la línea 120 y los bajaron del transporte para incinerarlo. El siniestro le causó una pérdida de 70.000 dólares al dueño del vehículo, que según una fuente cercana, no estaría asegurado. Ese dinero es parte de un crédito que debe de cubrir.
Esto no es de ahora, hay una línea que paga 3 dólares diarios por bus, desde la pandemia”.
A decir de Álex, exdirigente de la transportación urbana, la mayoría de las cooperativas cuentan con un seguro, el cual cubriría un 70 %; asimismo, los dueños contarían con un seguro de vida, los choferes, no. “Es lamentable lo del incendio, ojalá los compañeros le ayuden, porque uno no sabe si más adelante le toque. Creo que la mitad de las cooperativas de Guayaquil están siendo ‘vacunadas’. ¿Qué se puede hacer? Resignarse”, señala.
La ‘última rueda del coche’, eso serían los choferes, según Luis Álvarez, presidente de la Asociación de Conductores Profesionales del Guayas, quien considera que trabajar frente al volante es de valientes, pues estos trabajadores tienen que enfrentar los peligros de las bandas y la delincuencia.
“No tenemos seguro de vida, seguro social, ni ganamos el salario básico. Para que un conductor gane de $ 15 a $ 35 debe de hacer doble jornada, 16 horas. Y si ese día robaron, no coges nada”, dice Álvarez, quien asevera que hay un déficit en conductores.
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Hace tres meses choferes estaban en su estación, en la calle 25 de Julio y unos 30 motorizados les robaron, golpearon y encerraron”.
De 2022 al 2023 del 100 % se han retirado un 30 %, manifiesta el representante de los choferes y los que han abandonado el oficio se han dedicado a la informalidad.
“En transportación urbana hay 6.000 conductores, según el censo de 2022, actualmente hay alrededor de 3.500 a 4.000 trabajadores. Los que se retiraron se fueron con la mentalidad de que sus vidas no valen 15 ni 35 dólares. Prefieren morir de hambre que en un hecho violento. En estos últimos dos años, 16 compañeros han muerto”, finaliza Álvarez.
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