Este viernes 15 de septiembre, en la parroquia guayaquileña Pascuales, extorsionadores destruyeron un negocio familiar de más de 15 años. Los propietarios ahora piensan en cómo se repondrán del perjuicio. Su tragedia es una huella más de las amenazas extorsivas, conocidas como ‘vacunas’, que continúan sin freno en esta ciudad y en todo el país.

El peligro inició unos tres días antes del atentado con explosivos contra la farmacia de los perjudicados. Recibieron amenazas y les exigieron plata para poder trabajar. “Pedían 5.000 dólares”, comentó una de las dueñas, minutos después de llegar por la mañana a ver las consecuencias del ataque, que ocurrió a eso de las 05:00.

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En el sitio se produjo un estallido, que además provocó que empezara a incendiarse el local. Afortunadamente, luego se pudo apagar el fuego.

De acuerdo con el relato de la afectada, quienes realizaron las amenazas conocían muchos detalles de su vida, de los sitios a los que suele ir, su lugar de residencia, entre otros datos personales. Por eso cree que también podría estar involucrado alguien que los conoce.

Los delincuentes se tomaron la molestia de mandarle fotos que tiene subidas en sus redes sociales, a pesar de que tiene configuradas sus cuentas para que solo sus amigos puedan ver sus publicaciones. “No soy de las personas que regala dinero”, exclamó indignada, luego de relatar que, pese a recibir las advertencias, ni ella ni los suyos estaban dispuestos a ceder.

La afectada y sus parientes revisaron los daños y comprobaron que prácticamente se perdió la mayor parte de la mercadería, se averió la puerta de entrada y el letrero salió despedido hacia la acera. “La miseria de plata que se llevan (los delincuentes) es un momento, pero Dios ayuda”, dijo, como dándose ánimos, pues aún analiza con sus seres queridos qué decisión tomar respecto a continuar con la farmacia.

Un grupo de agentes policiales se dirigió al sector para investigar lo sucedido y se quedaron resguardando el sector por unas cuatro horas, mientras los emprendedores retiraban los escombros.

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No es la primera vez que ocurren este tipo de delitos en esta parroquia. A unas cuadras de la farmacia, en agosto de 2022, en un asadero sujetos armados asesinaron al propietario por supuestamente no haberles dado el dinero que le exigían. Otros ataques a negocios han ocurrido desde esa época en Pascuales.

El 10 de agosto de este año, en su página web la Policía Nacional informó que habilitó botones de pánico en locales de Pascuales y también brindó capacitaciones sobre la prevención de este delito.

La institución policial también indicó que en caso de estar siendo víctimas de las ‘vacunas’, pueden denunciar la situación comunicándose a los números telefónicos 1800 delito, opción 1; o al 1800 extorsión.

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