En la entrada al sector de El Chorrillo frente a la Penitenciaría del Litoral, una maraña de cables recibe a los habitantes; que tiene hasta que agachar sus cabezas para no golpearse con el transformador, que se encuentra ya a pocos metros de tocar el piso. 

Nubia Cerezo, quien habita en el lugar, asegura que el problema específicamente con este  aparato lo reportaron ya hace más de dos semanas, sin lograr que nadie aún lo retire. 

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"En las noches es imposible caminar por esta vía, que es la principal. Ante la falta de iluminación, nos quedamos enredados entre tantos cables o terminamos golpeándonos o cayéndonos. Además de un riesgo, se ve horrible. Entramos al sector y nos topamos con tremendo 'ruido' visual. Lo peor de esto es que la escena es común en todo la ciudad. No hay un barrio que no se salva. Ni uno solo", señaló Wilmer Castillo, quien reside en lugar y es taxista. 

En repetidas ocasiones, EXPRESO ha sido testigo de esta queja que, en épocas de lluvia, ha complicado todavía más la situación puesto que los cables se han quemado al topar las aceras donde hay residuos de agua. Asimismo a la sección que este Diario tiene para receptar las denuncias, de forma permanente llegan reclamos generados por lo mismo. 

Que los cables reposan en los balcones; que son 'telarañas' que permanecen regadas en las veredas, impidiendo el paso a los peatones o trabando su movilidad; y que están atados y  acumulados junto a redes eléctricas o incluso a centímetros de las ventanas; ha sido la queja común. 

En la ciudadela Guayacanes, en el norte de Guayaquil, los habitantes han denunciado ver afectados incluso sus negocios. Eliseo Solórzano, quien tiene un local en el tercer piso de uno de los edificios de la zona, señaló a EXPRESO en una entrevista anterior, que la presencia de esos cables que le quitan visibilidad al ciudadano, solo refleja el desorden con el que se maneja la ciudad. 

“Desde hace mucho tiempo se ha tolerado la irresponsabilidad de aquellas empresas que vienen a colocar un servicio y dejan ese cablerío que a veces está a punto de ingresar por las ventanas”, reprochó entonces, al reiterar que los ‘tallarines’ constituyen un riesgo para los ciudadanos.

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Ante esta situación, los guayaquileños exigen a las autoridades que "hagan algo por ordenarlos o retirarlos". "Lo ideal es que tengamos cableado subterráneo. Pero claro, es costoso. Por lo tanto, si como ciudad no es imposible dar paso a ese cambio, ya necesario, entonces ordenemos lo que tenemos o sancionemos a quienes están ayudando a que la ciudad sea caótica en todos sus frentes", indicó Martha Calvas, guayaquileña. 

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