Cables atados y acumulados junto a redes eléctricas, postes, incluso cerca de las ventanas y balcones de las casas, es un problema que persiste en la ciudadela Simón Bolívar, norte de la ciudad.

Mariela Carbo, moradora de este sector, indica que a inicios de este año, por la insistencia de los vecinos, algunas empresas de servicio de internet y televisión por cable retiraron algunos cables. “La mayoría de estos tallarines son hechos por los trabajadores de estas compañías, pero no vienen a retirarlos. Tampoco las autoridades municipales imparten las sanciones contempladas en una ordenanza, por eso este problema nunca termina”, agrega.

Carlos Palacios, quien habita en la manzana 22 de la ciudadela, señala que la presencia de esos cables solo refleja el desorden con el que se maneja la ciudad. “Desde hace mucho tiempo se ha tolerado la irresponsabilidad de aquellas empresas que dejan ese cablerío que a veces está a punto de ingresar por las ventanas de las viviendas”, comenta, al agregar que aparte de la contaminación visual, los ‘tallarines’ también constituyen un riesgo para los ciudadanos.

Mariana Medina, otra residente, opina igual. “Sí se han dado caso de personas que han muerto al topar, por descuido, con algún cable cercano a su ventana. Eso no puede seguir pasando; hay que aplicar sanciones”, enfatiza, al acotar que en caso de un terremoto estos cableríos pueden ocasionar cortocircuitos, apagones o incendios”, puntualiza.

En otros sectores de la ciudad, el panorama es el mismo, debido a que nadie controla esta situación.