A la tarea de lidiar con la contaminación industrial, el ruido de camiones, la amenaza latente deuda emergencia inesperada y del inminente olvido de la autoridad, la ciudadela Brisas de Santay, en Durán, agrega un presunto delito ambiental, el relleno de su lago, el único recurso natural que le quedaba a esa zona.

Brisas de Santay es una ciudadela ubicada en toda la zona industrial de Durán. Allí habitan alrededor de 1.300 familias y todo el conjunto residencial está rodeado de industrias o esperando que se asienten empresas de este tipo, pues, a excepción de la ciudadela, todo el terreno del perímetro exterior fue declarado industrial.

Esa realidad golpea a los habitantes, que hoy denuncian el relleno con material de construcción del lago, rico en fauna y límite protector de la zona. El Municipio aún no ofrece explicaciones al respecto.

Guadalupe Alarcón, miembro del Comité Pro Mejoras, cuenta que desde hace tres meses se rellena ese cuerpo de agua, y que ya se ha oficializado denuncias al Ministerio del Ambiente y Agua, la Prefectura y el Municipio.

Aunque de este último no esperan soluciones. Según esta moradora, un empresario compró los terrenos aledaño y tapó los canales para un proyecto privado, pero el lago es un recurso protegido, precisa.

“Invadió el espacio natural, no respetó la zona de retiro y bloqueó el lago. Eso representa un delito ambiental”, asegura. El Cabildo enviará las explicaciones a este Diario en las próximas horas.