Desempleo en Guayaquil: enrolarse, un proceso imposible para muchos
Profesionales en Recursos Humanos perciben la demanda, el INEC dice que está bajando. Los jóvenes son los más afectados
Encontrar un empleo es una odisea para muchos ecuatorianos. Así lo evidencian las ferias laborales que se desarrollan en el país y en las que, como publicó el fin de semana anterior EXPRESO, al término de las jornadas -siempre abarrotadas- quedan más rostros largos que alegres. Hablando específicamente de Guayaquil, según los testimonios que ha recogido este Diario, el viacrucis se intensifica entre quienes no han podido obtener una profesión.
“Sé que para todos la situación es difícil, pero yo siento que me quedé ya sin esperanzas. Tengo 22, no he podido trabajar en nada, pese a que he entregado carpetas en todos lados, primero por la pandemia y ahora porque me piden experiencia. No pude estudiar. No puedo hacerlo aún... Estoy pensando en migrar, pero me da miedo”, relata Nashly Andrade, quien vive en Mucho Lote 2; y se ha lanzado desde esta semana a vender gelatinas en su vecindario “para ganar algo de dinero”.
Andrade se presentará esta semana a una tienda de teléfonos móviles de Durán para aplicar al puesto de vendedora. Lo hará, pese al miedo que siente de estar en el territorio, reconoce. “Sé que hay una masacre completa en Durán, pero tengo que trabajar. Quiero hacerlo. Ojalá me salga y ojalá no me pase nada”, piensa.
En los cargos operativos está la problemática laboral más grande, porque ya no hay mucha demanda para ese tipo de labores.
Elena Godoy, de 30 años, de igual manera no logra conseguir empleo. Ha postulado en varios lugares, pero en todos la respuesta es negativa. Es madre soltera y tiene tres niños, entre 10 y 12 años.
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En una empresa, para el cargo de personal de limpieza, a Godoy no le fue suficiente ser bachiller; le pidieron un certificado de que había ingresado a la universidad o de que había hecho algún curso. Aunque por ahora los estudios son una limitante, en cinco años lo será su edad. Para laborar en esta área, la edad límite es 35.
entre 15 y 24 años, es decir, 97.463 personas no están laborando; este es el grupo etario más afectado.
Allison Pihuave tiene 25 años y es economista, pero hace ocho meses ya no labora, luego de que la compañía donde trabajaba la despidió por rotación del personal. Para ella ha sido un viacrucis postular a una plaza. Todas las empresas le piden experiencia y aunque cuenta con esta, de acuerdo también con su edad, no ha sido llamada. Sin embargo, cuando ha asistido a una entrevista de trabajo se ha sentido discriminada por su estado civil y por ser madre. Algunas veces le han preguntado si está casada formalmente, lo que la sorprendió porque no esperaba que le consultaran eso. Cree que eso es más un limitante que ser madre.
Aunque Pihuave no ha podido conseguir un trabajo, junto a su esposo, de 24 años, también desempleado, han optado por hacer actividades que no son de su profesión. Optó por emprender y vender productos de revistas. Él, hace servicios de entregas.
Para el ingeniero electrónico Erick Benites, de 43 años, “ser un profesional, hoy en día, no te garantiza que puedas conseguir un trabajo”. Hasta 2017 trabajó en relación de dependencia, en Petroecuador y en la Corporación Nacional de Electricidad CNEL EP; luego emprendió junto con unos amigos en el cantón Playas (Guayas), pero se disolvió antes de la pandemia, por la crisis y la falta de inversión privada.
A mí me llamó la atención Daniel Noboa porque tiene propuestas de trabajo para las amas de casa y para todos los que no tienen.
Benites ha postulado más de 100 veces en aplicaciones y en empresas, sin éxito.
Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo en Ecuador, en agosto, fue del 3,5%. En julio, en cambio, se registró en 3,7%. Sin embargo, para profesionales de Recursos Humanos, la tasa puede ser mayor.
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Gabriela Gala, gerente de Gestión Humana de la empresa Multiraices, comenta que actualmente la firma está realizando un proceso para la contratación de una persona en el área de Gestión Humana y solo para esa plaza le ha llegado 200 hojas de vida, pero no todos cumplen con el perfil: psicólogo industrial. “La gente está desesperada por encontrar un trabajo”, a pesar de que no tengan el perfil.
Con ella concuerda María José Zavala, fundadora de consultora Zavala Human Resources; que asegura que no todos los currículums que recibe pueden aplicar para lo que en ese momento están buscando en la ciudad. “Muchos envían por si acaso”.
Al mes, la consultora realiza entre 12 y 14 procesos de selección de personal; normalmente suelen recibir alrededor de 500 postulaciones para un cargo.
Hay mucha informalidad en las modalidades de contrato que hacen algunas empresas; no están apostando tanto por los jóvenes.
Los jóvenes de entre 25 a 35 años son los que evidencian más la necesidad de laborar en cualquier área, dice Gala. De acuerdo con datos del INEC, el grupo etario más afectado es entre los 15 y 24 años (33 %), seguido del de 25 a 34 años (29,4 %).
Es por esto que Gala considera que, ante la incertidumbre, las empresas no han decidido abrir más plazas de trabajo porque no están seguros del giro que tendrán sus negocios.
Zavala expresa que desde esta semana, tras el anuncio del presidente electo Daniel Noboa, algunas compañías le han solicitado iniciar procesos de contratación hasta para dos vacantes. “La gente comenzó a proyectarse para 2024”, expone Zavala; a su parecer, los empresarios estaban a la expectativa de qué era lo que iba a pasar en las elecciones.
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