“Solo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba jamás...”, al ritmo de ‘Amor y control’, de Rubén Blades, decenas de transeúntes entre nacionales y extranjeros se volcaron a la plazoleta ubicada al pie de la Casa de la Cultura Benjamín Carrión Núcleo del Guayas (CCNG), para compartir de un momento artístico, la mañana de ayer.

Eran personas de paso, pero a quienes alumnas de la Escuela de Ballet de la CCNG invitaron a bailar, como parte de un evento denominado ‘Danzas entre vías’, en conmemoración al Día Internacional de la Danza.

Previo a ello, varios grupos se presentaron con música clásica, moderna y hasta criolla, lo que hizo vibrar a quienes circulaban a pie o en vehículos por las avenidas Quito, 9 de Octubre y Pedro Moncayo, centro de la ciudad, donde resaltan edificios como la CCNG, la Corte Provincial del Guayas, la estación de la Aerovía, el Parque Centenario y una de las paradas de la Metrovía.

El evento, que se desarrolló entre las 08:00 hasta las 19:00 de ayer, tuvo como objetivo principal el empoderamiento del espacio público como medida para combatir la inseguridad y el estrés que a diario se vive en la ciudad, que el pasado jueves se convulsionó tras un incendio en el puente de la avenida Pedro Menéndez Gilbert.

Martha Rizzo, presidenta de la CCNG, calificó al acto como histórico, denominando además al espacio como la Plazoleta de las Artes y la Paz, alineada al programa que han decidido emprender para contribuir en la pacificación de la urbe porteña.

“Si bien es cierto, conmemoramos el Día Internacional de la Danza, también conmemoramos la participación del espacio público como tal. Una apropiación que debe ser de la comunidad, en el cual las actividades artísticas deben estar a favor de la comunidad, donde se creen vínculos humanos muy fuertes y de pertenencia, del Estado; y sobre todo, una participación activa para el disfrute de pacificación, para la construcción del tejido social”, dijo la gestora cultural ante decenas de transeúntes -entre los que constaban turistas nacionales y extranjeros- que se quedaban a ver el espectáculo gratuito.

“Es fabuloso. En Holanda no tenemos esto”, confesó entre risas Bárbara Lames, una turista de esa nacionalidad, quien estaba de paso por el sitio junto con un grupo de compatriotas, entre las que estaba también Lillian Jarsersen. De la mano de las alumnas de la Escuela de Ballet, las visitantes se dejaron llevar por el ritmo de ‘Amor y control’, de Rubén Blades.

Muchos decidieron sacar sus teléfonos celulares para grabar las coreografías y sin ese temor de que les roben el aparato. Pero al sitio también acudieron policías para resguardar el área.

“Es justamente eso lo que buscamos. Quitarnos ese estrés que vivimos a diario. Vemos que con este tipo de eventos la ciudadanía cambia hasta su expresión”, comentó Rizzo.

Y con ella concuerda David Calle, un ciudadano que se detuvo a contemplar el evento en el que participaron no solo alumnas de la CCNG, sino de reconocidas academias que fueron invitadas para compartir el espacio con la ciudadanía.

“Esto es bueno y saludable para la comunidad porque es donde se ocupan los espacios públicos, donde se construye el tejido social y qué mejor que celebrar el Día de la Danza con este evento”, consideró Calle al confesar que sintió desestresarse mientras observaba el evento artístico.

Espera que otros espacios como la Plaza de la Música, ubicada sobre un tramo del Malecón de Salado, también sean ocupados por artistas. “Me gustó ver que se desarrolle el arte en el espacio público y que la gente tenga esa visión de que el arte nos fortalece a ser mejores personas, mejores seres humanos...”, añadió el artista Huver Ramos, quien transitaba por el sector.

Quienes más disfrutaron de la música y del evento fueron personas de la tercera edad. Al recibir la invitación de bailar, fueron los primeros en saltar a la plaza y compartir con las balletistas; al igual que personas en situación de calle, quienes también buscaron sentarse hasta en el piso para disfrutar el momento. Uno que la ciudadanía pide que se replique en otros sitios para disminuir ese nivel de inseguridad y violencia que hace tiempo se apoderó del Puerto Principal.

“Es lo que justamente necesitamos para crear una cultura de paz... la gente disfruta, definitivamente es muy hermoso”, sintetizó Rosa Pogo, directora de la Unidad de Eventos Educativos de la CCNG.