En Guayaquil, la ciudad más afectada por el coronavirus, desde este lunes 4 de mayo, rigen nuevas normas para acoplarse a la fase del distanciamiento social. Pero en las populares avenidas donde el comercio es el protagonista las disposiciones se cumplen a medias.

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A lo largo de la calle Rumichaca, en el centro de la ciudad, algunos locales atendieron con la mitad de sus puertas abiertas. Allí, además, se observó diferentes sellos de clausura en la puertas de establecimientos como hostales y mueblerías.

En la popular calle, conocida por la venta de muebles, EXPRESO comprobó que incluso estaban abiertas peluquerías y ferreterías.

Pero también están quienes han tenido que cambiar de negocio. Por ejemplo, en la esquina de Colón, Manuel Alcila dejó de vender agua y jugo de coco para dedicarse a arreglar bicicletas, aprovechando la alta demanda de personas que utilizan ahora este vehículo.

"Me ha tocado reinventarme al menos hasta cuando pase esto, aunque parece que va de largo. También vendo mascarillas", dijo.

A unos metros, Jhonny Mera, propietario de Mueblería Palillo, confirmó que también ha tenido que cambiar la forma de vender. Ahora lo hace desde las redes sociales.

El comerciante ha colocado letreros en la puerta de su local, en Rumichacha y Colón, con su número de teléfono para que los conductores realicen sus pedidos de camas o muebles. Lamentó que las pérdidas económicas han sido "evidentes ya que ahora a lo mucho se hacen tres o cuatro entregas".

Sobre la arteria, se evidenció, además que decenas de comerciantes ofertaban toldos y esponjas. El negocio se lo hacía desde la calle.