Guayaquil no logra mantener a la mayor parte de los ciudadanos en casa, durante la emergencia sanitaria por el coronavirus. Las personas siguen saliendo, hasta para hacer piruetas con una patineta en la avenida 9 de Octubre.

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Las imágenes están muy lejos de ver calles sin peatones o pocas personas haciendo compras de víveres. Las colas se alargan cada día más y con el desorden que está lejos de respetar las normas de distanciamiento. Con ello aumenta, entre las familias, el temor a que las cifras de contagiados y fallecidos en la ciudad -la más golpeada en el país por la situación- aumenten.

Ayer, en el día 42 de la cuarentena, afuera de un supermercado ubicado en la avenida Carlos Julio Arosemena, se vio a una persona que salió a comprar almohadas, llevaba cuatro fundas llenas de este producto.

Las transacciones bancarias todavía concentran tantas personas como los mercados y supermercados en sus exteriores, que la pregunta que muchos se hacen es, ¿cómo será el próximo lunes? Tania Vargas dice a Diario EXPRESO que ella tuvo que salir a pagar las pensiones de la academia donde estudia confección.

“Me levanté a las 05:00 y pensé que sería la primera al estar a las 06:00 fuera del banco en el Mall del Sur; pero no fue así. Cuando llegué ya había unas 40 personas delante de mí. Ni porque estamos en una situación crítica las personas dejan la sabiduría criolla y se introducen casi a la fuerza en las columnas. Dado que debe existir dos metros entre persona y persona, no falta el que se mete”. Agrega que unos minutos antes que abran el banco (08:00) llegó un señor y se puso delante suyo. "A esa hora el número de usuarios era tres veces más”.

Explica que ya al interior de la entidad financiera pudo hacer rápido la transacción. “Ingresamos cinco personas a la vez, hay medidas de bioseguridad y eso da tranquilidad, no así el ver a decenas de personas haciendo fila cerca de uno para ingresar a un supermercado. Aunque adentro la situación cambia”, indica.

Las escenas se repiten en cada barrio. Por Sauces y por la Huancavilca del sur las veredas se han convertido en mercados improvisados, donde se vende de todo. Se ve todo tipo de legumbres y vegetales que se ofertan, en unos casos en fundas, pero en otros están sobre el pavimento que nadie sabe si antes fue desinfectado.

La situación de más vendedores en las calles encuentra una explicación en las suspensiones laborales que se han registrado en los últimos días. La paralización está aumentando las cifras de desempleo.

Carolina de Jaime explica que su esposo trabajaba en una reconocida mueblería y no sabe si cuando termine la cuarentena va a poder conseguir empleo. “Para ganar unos dólares estamos vendiendo víveres a domicilio todos los miércoles. Cada vez gano más clientes porque vendo a precio justo”, manifiesta la joven madre de dos menores de edad.