En el atentado perpetrado por extorsionadores en contra de su domicilio, en Bastión Popular, noroeste de Guayaquil, el pasado 27 de noviembre, Pedro Guamán y su suegro salieron ilesos. En aquella ocasión los delincuentes estallaron un taco de dinamita en una de las puertas del inmueble.

Sin embargo, casi tres meses después, Pedro, de 33 años, y el padre de su esposa (58), ambos oriundos de Colta, provincia de Chimborazo, no pudieron librarse del nuevo ataque criminal. La noche del viernes anterior llegaron cinco sujetos a bordo de un auto rojo, cuatro de ellos descendieron y se llevaron al mayor de los afectados, por quien pedían 200.000 dólares.

Guamán trató de evitar el secuestro de su suegro y forcejeó con los delincuentes, uno de los pillos sacó el arma de fuego y le descargó dos tiros que le ocasionaron la muerte.

De acuerdo a una fuente, la familia de los comerciantes era víctima de extorsionadores, quienes les exigían dinero a cambio de no atentar en contra de sus vidas o de sus negocios.

Veintiséis horas después, agentes de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) de la Policía Nacional dieron con los presuntos responsables del asesinato y del secuestro.

“Fueron detenidos en un inmueble de Bastión Popular, se les encontró indicios que los vincula al hecho delictivo. Rescatamos a la víctima”, dijo una fuente de la Policía. 

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